La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa denunció hace días las consecuencias del doble discurso o doble comando de las políticas ganaderas, y lamentablemente las mismas han llegado ahora a la lechería.
Con la nueva restricción impuesta a las exportaciones de lácteos, el gobierno nacional exhibe una nueva y grave contradicción entre su discurso en apoyo al crecimiento de la producción y las exportaciones lácteas, y la realidad de intervenciones que apuntan en sentido contrario.
En momentos en que el productor tambero padece las consecuencias del desfasaje entre un precio de la leche insuficiente y costos cuya carrera alcista se acentuó a partir de la devaluación, la aplicación de medidas restrictivas al comercio exterior y el freno a la competencia por la materia prima sólo habrán de acarrear mayores quebrantos y desaliento, postergando una vez más cualquier posibilidad de crecimiento.
Mientras los productores lecheros de nuestros países competidores se benefician de la excelente situación del mercado internacional, generando inversiones, mayor producción y fuentes de trabajo; el gobierno nacional, a contramano del mundo, somete a la lechería a un nuevo e irracional apriete, condenando al sector y al país, una vez más, a la pérdida de una magnífica oportunidad.