Carnes:
En tanto, el reporte también prevé que se estabilicen los valores de los lácteos, que en el último año es uno de los rubros que más subió, pero ahora la tendencia cambiaría debido a que la producción en los tambos viene en ascenso.
Evolución
El artículo elaborado por los investigadores Juan Manuel Garzón y Federico Wyss analiza los datos de inflación para los alimentos en el último año, en base a los relevamientos de precios del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) para el Gran Buenos Aires, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en Capital Federal y de la Dirección de Estadísticas y Censos de Córdoba para nuestra provincia.
El resultado es que, por rubros, aceites y grasas es el que más se incrementó (entre 26 y 39%), seguido por lácteos (26-33%), dulces (23-32%) y pan y cereales (20-23%).
Estos superan la suba general de la canasta alimenticia que fue del 18 por ciento; por debajo, estuvieron frutas (17-19%), carnes (15%) y hortalizas, que no subieron o hasta bajaron de precio.
Carnes
El análisis específico para este rubro indica variaciones de entre 10 y 18 por ciento para los distintos cortes de carne bovina, y de sólo nueve por ciento en el pollo, lo que en gran medida explica que el consumo de carne aviar esté hoy en niveles récord.
Según el Ieral, “lo que mantiene los precios de las carnes por debajo de la tasa de inflación es una situación de mercado holgada entre oferta y demanda”. En concreto, se estima que la producción de las tres carnes principales (vaca, pollo y cerdo) crecerá en forma importante este año, con un excedente para mercado interno de 86 mil toneladas de carne bovina, 104 mil toneladas de carne aviar y 58 mil toneladas de carne porcina, a lo que se agregan en este caso las importaciones.
En términos per cápita, la oferta neta consolidada permitiría incrementar el consumo promedio anual en 4,5 kilos o cuatro por ciento. En este marco, el informe concluye que “salvo que se produzca una aceleración importante en las exportaciones y/o una profundización de la retención de vientres bovinos, dos fenómenos de relativa baja probabilidad, los precios internos de las carnes no deberían recuperar poder de compra en lo que resta del año, lo cual es una muy buena noticia para el plan de estabilización macroeconómica pero no tan buena para los productores de animales y carnes”.
Lácteos
En los derivados de la leche, en tanto, el incremento por encima de la inflación general de los alimentos fue debido a una caída en la oferta producto de la crisis que atravesaron los tambos desde fines de 2015 y durante todo 2016, que recién ha comenzado a dar señales positivas en los últimos cuatro meses.
Precisamente, el Ieral destaca que “el mercado se encuentra hoy más nivelado en cuanto a condiciones de oferta y demanda respecto a los dos años previos (2015 y 2016)” y que, por ello, de no haber problemas climáticos ni un cambio significativo en las condiciones externas (precios internacionales), con números más equilibrados al interior de los tambos, la producción de leche cruda debería sostener el crecimiento iniciado en los últimos meses y por ende permitir abastecer a una demanda interna que se presume será creciente en el último trimestre del año y todo 2018”.
“En un mercado más normalizado, la dinámica de precios de este grupo de productos no debería desviarse en forma significativa de la evolución del resto de precios de la economía”, proyectan Garzón y Wyss.
Fte.: Agrovoz
Sube menos que la inflación
y seguirán así por exceso de oferta
Es un pronóstico del Ieral de Fundación Mediterránea. En los lácteos, lo esperable es un mercado con precios más estables gracias a las mejoras en los niveles de producción.
El Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de Fundación Mediterránea publicó un informe en el que pronostica que los precios de las carnes, que aumentaron menos que la inflación en el último año, seguirán por esa senda debido a un escenario de abundancia de oferta. En tanto, el reporte también prevé que se estabilicen los valores de los lácteos, que en el último año es uno de los rubros que más subió, pero ahora la tendencia cambiaría debido a que la producción en los tambos viene en ascenso.
Evolución
El artículo elaborado por los investigadores Juan Manuel Garzón y Federico Wyss analiza los datos de inflación para los alimentos en el último año, en base a los relevamientos de precios del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) para el Gran Buenos Aires, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en Capital Federal y de la Dirección de Estadísticas y Censos de Córdoba para nuestra provincia.
El resultado es que, por rubros, aceites y grasas es el que más se incrementó (entre 26 y 39%), seguido por lácteos (26-33%), dulces (23-32%) y pan y cereales (20-23%).
Estos superan la suba general de la canasta alimenticia que fue del 18 por ciento; por debajo, estuvieron frutas (17-19%), carnes (15%) y hortalizas, que no subieron o hasta bajaron de precio.
Carnes
El análisis específico para este rubro indica variaciones de entre 10 y 18 por ciento para los distintos cortes de carne bovina, y de sólo nueve por ciento en el pollo, lo que en gran medida explica que el consumo de carne aviar esté hoy en niveles récord.
Según el Ieral, “lo que mantiene los precios de las carnes por debajo de la tasa de inflación es una situación de mercado holgada entre oferta y demanda”. En concreto, se estima que la producción de las tres carnes principales (vaca, pollo y cerdo) crecerá en forma importante este año, con un excedente para mercado interno de 86 mil toneladas de carne bovina, 104 mil toneladas de carne aviar y 58 mil toneladas de carne porcina, a lo que se agregan en este caso las importaciones.
En términos per cápita, la oferta neta consolidada permitiría incrementar el consumo promedio anual en 4,5 kilos o cuatro por ciento. En este marco, el informe concluye que “salvo que se produzca una aceleración importante en las exportaciones y/o una profundización de la retención de vientres bovinos, dos fenómenos de relativa baja probabilidad, los precios internos de las carnes no deberían recuperar poder de compra en lo que resta del año, lo cual es una muy buena noticia para el plan de estabilización macroeconómica pero no tan buena para los productores de animales y carnes”.
Lácteos
En los derivados de la leche, en tanto, el incremento por encima de la inflación general de los alimentos fue debido a una caída en la oferta producto de la crisis que atravesaron los tambos desde fines de 2015 y durante todo 2016, que recién ha comenzado a dar señales positivas en los últimos cuatro meses.
Precisamente, el Ieral destaca que “el mercado se encuentra hoy más nivelado en cuanto a condiciones de oferta y demanda respecto a los dos años previos (2015 y 2016)” y que, por ello, de no haber problemas climáticos ni un cambio significativo en las condiciones externas (precios internacionales), con números más equilibrados al interior de los tambos, la producción de leche cruda debería sostener el crecimiento iniciado en los últimos meses y por ende permitir abastecer a una demanda interna que se presume será creciente en el último trimestre del año y todo 2018”.
“En un mercado más normalizado, la dinámica de precios de este grupo de productos no debería desviarse en forma significativa de la evolución del resto de precios de la economía”, proyectan Garzón y Wyss.