El ganado podrá cubrirse de la volatilidad del precio
Buscando brindar previsibilidad a productores e industriales, Matba y Rofex lanzaron conjuntamente contratos de futuro para novillos y terneros de invernada. El desafío, lograr una activa participación del sector y de inversores que garanticen la liquidez necesaria para realizar coberturas eficientes.
El principal reto en un negocio de largo plazo como la ganadería es poder ¨calzarse¨, tal como se dice en la jerga. El productor conoce el costo, conoce los tiempos productivos, pero no sabe a qué precio venderá la hacienda ni cuál será su margen. Entonces, es muy difícil programar. La interconexión entre el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) y el Mercado de Futuros y Opciones de Rosario (Rofex), entidades con más de 100 años de trayectoria, hizo posible el lanzamiento de contratos de futuros de novillo en pie y de ternero Rosgan, que permitirán implementar estrategias de cobertura del precio, brindando asimismo una alternativa de inversión y una referencia de valores clave para la planificación empresarial. Marcelo Comisso, Gerente de Investigación y Desarrollo del Rofex, quien participó del equipo que creó la iniciativa, explica cómo funcionan estos contratos.
En las otras ganaderías
Hay varios antecedentes exitosos tanto en los países de ganaderías consolidadas como en los vecinos de la región. En EE.UU. hay un contrato para el novillo gordo, llamado Live Cattle, que se negocia desde la década del ´60. A partir de 1971, se incorporaron los futuros para invernada (340-350 kg) que es el Feeder Cattle, basado en un índice que elabora el USDA.
En Brasil, se opera con futuros de ganado desde 1980. “Los del Boi Gordo o novillo pesado se encuentran entre los commodities más negociados en el vecino país. O sea que el manejo del riesgo es una necesidad muy importante para el sector cárnico, sobre todo cuando se apunta a una integración con el comercio internacional”, sostuvo Comisso.
Un antecedente más reciente es el de Uruguay. Desde febrero de 2017, se negocian los futuros de novillo gordo, listados en UFEX (Uruguay Futures Exchange), mercado controlado por el Grupo ROFEX, cuyos contratos se basan en un índice que elabora el INAC. “Si bien es un mercado incipiente, es bueno tenerlo en cuenta como referencia”, agregó.
El volumen de operaciones permite asegurar que el mercado de futuros sea un medio eficaz para la transferencia de riesgos y el descubrimiento de precios. En Estados Unidos, por ejemplo, se negocia el equivalente a 550 millones de cabezas de gordo versus una faena anual del orden de las 32 millones de cabezas.
“Fíjense que las operaciones multiplican varias veces lo que se faena, que sería equivalente al precio spot. En novillo, unas 20 veces y en invernada, unas 5 veces”, indicó el profesional, aludiendo al nivel de desarrollo que tienen los futuros en ese país.
Los beneficios
¿Qué avances traerán estos contratos en la Argentina? “El beneficio será para todos, independientemente de que los usen, ya que conocer los precios de aquí a seis u ocho meses es estratégico para una actividad en que las decisiones se toman hoy pero tienen impacto en el mediano plazo. La hacienda se comercializa en un contexto distinto al que se ve ahora”, argumentó Comisso, que proviene de una familia de larga tradición en la ganadería bonaerense y, como Licenciado en Economía, hizo su tesis en contratos de futuros para la cadena cárnica.
A nivel de empresa, prosiguió, “los futuros me permiten asegurar mi margen y estabilizarlo, evitando que las fluctuaciones del mercado impacten a largo plazo. También, escalar en el negocio, tomar créditos e intensificar las inversiones”.
En cuanto al sector, el economista sostiene que “la nuevas herramientas van a orientar las decisiones de retención o liquidación amortiguando las oscilaciones del ciclo ganadero. No es que EE.UU. no tenga estos ciclos, pero se atenúan al contar con una referencia de precios que permite planificar”.
¿Qué servicios prestan los futuros? Volviendo al ejemplo de EE.UU., para el ternero de feedlot hay valores disponibles para los próximos seis meses. En el gráfico, con datos al 17 de julio de 2017, la línea naranja muestra los precios en dólares por kilo vivo hasta mayo de 2018 y la azul, para el ganado de engorde, hasta diciembre de ese año.
“Con esta información, un productor norteamericano podría asegurar la relación de compraventa para un animal que estará en proceso de engorde, durante 5 a 6 meses, desde mayo a octubre de 2018”, explicó. Y subrayó que “lo que se busca es dar previsibilidad al negocio, algo indispensable en la Argentina, donde se trabaja a ciegas: me baso en los precios de hoy y el resto, Dios proveerá”.
La iniciativa argentina
Matba y Rofex lanzaron dos contratos que comenzarán a operar a fines de agosto. Son de tipo índice o sea que no hay compromiso de entrega para quienes negocian. “Cuando vencen, se liquidan entregando o recibiendo dinero en efectivo, que cubra la diferencia entre el precio pactado originalmente y el de liquidación final, resultante del índice de contado empleado como referencia”, aclaró Comisso. El de terneros se basa en el índice agregado de invernada del Rosgan y el del novillo para faena toma el índice sugerido de arrendamientos de Liniers.
El tamaño de contrato será de 1000 kg de peso vivo, en ambos casos, y habrá series disponibles todos los meses del año. “Esto no significa que se podrán pactar operaciones con vencimiento en todos. La dinámica la determinará el mercado en función de la estacionalidad de cada actividad. Posiblemente, para el ternero, los meses más interesantes para operar sean los comprendidos entre abril y septiembre; y para el gordo octubre, diciembre y enero, cuando hay mayor faena”, afirmó.
¿Como se determina el precio de la liquidación final? En el caso del novillo será en base al índice sugerido de arrendamientos de Liniers, de la semana del vencimiento. “Esto siempre y cuando se reúnan más de 5.000 cabezas para el cómputo, de modo de evitar que alguien con una posición grande pueda manipular el mercado”, señaló. En cuanto al ternero, se considera esta categoría del índice Rosgan, del remate correspondiente al mes de vencimiento del contrato.
¿La moneda? “Está previsto que los contratos se realicen en pesos y dólares”, adelantó Comisso. Como las operaciones se hacen en pesos, para dolarizarlas se tomará el dólar mayorista que publica el Banco Central todos los días. ¿Los costos? “Por un lado está la tasa que carga el mercado, llamada derecho de registro y por otro, la comisión del intermediario. Ya se acordó entre Rofex y Matba, que en los tres primeros meses estos derechos estarán bonificados en un 100% y después representarán un costo muy pequeño”, reveló.
¿Quién podrá utilizar estos contratos? “Lo que se ve en otros países es que uno de los usuarios muy activos es la industria exportadora. Cuando se vende al exterior, se asumen compromisos en dólares y después hay que ir abasteciéndose de las cabezas a procesar. Entonces, se asegura el margen a través de la compra de futuros, en este caso de novillos”, contó.
Para la actividad orientada al consumo, estas herramientas no son imprescindibles, aunque suman flexibilidad a la hora de diseñar el negocio. “Hoy, por ejemplo, para mitigar el riesgo de precios, un supermercado se integra hacia atrás con la etapa de engorde; y un feedlotero, invernador o criador hacia adelante, con un carnicería. Y eso no está mal. Otra opción es, en lugar de hundir capital en un rubro que no es mi core business, puedo inmovilizar una porción que rondará el 10% del valor de la operación, en concepto de márgenes y garantías, asegurándome un precio para los animales que necesito comercializar”, argumentó.
Los inversores o especuladores también son importantes para el éxito del emprendimiento, ya que generan liquidez y traen información al mercado. “Si una persona está dispuesta a poner plata atrás de un precio, lo que está viendo es que ese valor es atractivo y que hay grandes chances de que su evolución sea favorable. Por eso, estos actores, contribuyen a dar transparencia a la formación de precios. Lo que se busca es que todos participen”, finalizó Comisso.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne