Sogueros y plateros en Palermo
Dos oficios para conocer a fondo las herramientas del campo en la Expo Rural
Durante la 130° Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional, el campo brilla en Palermo con su arte y pilchas criollas. Detrás de cada creación, hay maestros artesanos que demuestran su técnica, habilidad y dedicación.
Para conocer algunos oficios muy ligados a la vida rural, dos expertos contaron sus experiencias, los procedimientos y virtudes de su actividad, y los placeres que genera el trabajo artesanal.
Mario Eyherabide tiene 55 años y es soguero. Realiza lazos, cintos, carteras y juegos de cabeza para caballos. Hace cuatro años que expone en La Rural, y otros 16 que trabaja con sogas.
Diariamente utiliza cuero vacuno para sus productos. Para Mario, "el mejor cuero es el de la raza Shorthorn". Y explicó paso a paso el procedimiento: "Primero se lonjea con un cuchillo grande y sumamente filoso; el segundo paso es el sobado, donde se ablanda el material con el método de vueltas con rueda o con alambre; en tercer lugar, se usa una maceta donde se enrolla el cuero y se golpea con un taco de madera pesada. Después se pasa por una mordaza para estirar la pieza y plancharla". Igualmente, Eyherabide detalló que en el procedimiento también se suele usar grasa animal cuando el material lo requiere.
Para hacer una rienda, "hay que partir la soga en tiras y luego coser a mano", sostuvo el soguero y aclaró que existen diversas costuras, de 1 a 20 tientos. Para las trenzas se usan lonjas de potro, recomendables para trabajos finos. "Hay infinidad de trenzas redondas y chatas", señaló Eyherabide, y agregó que también se colocan apliques de plata, hierro o metal.
"Un juego de cabeza sencillo -con rienda, cabezada, bozal, cabestro y manea- me lleva un mes", afirmó el experto y relató que, en su mayoría, los trabajos se realizan por encargo y el cliente combina sus gustos con el soguero.
Consultado sobre las sensaciones que le despierta su oficio, Eyherabide confió: "Genera placer y ansias de ver el trabajo terminado. Esta actividad sirve de terapia", subrayó y los relacionó con los años en que debió afrontar un problema de salud y se abocó casi exclusivamente a su oficio. "Es una actividad artística, totalmente artesanal; no hay máquina que lo reemplace", aseguró Eyherabide, quien hoy trabaja en una estancia en General Lavalle y dicta clases a diez alumnos en el museo de la ciudad.
Una pasión de plata
Otro caso digno de admirar es el de Diego Solís. Es platero, tiene 33 años y de San Antonio de Areco. Hace diez años que trabaja en platería y cinco que expone en la muestra del campo en Palermo. "Es una actividad relacionada con nuestras costumbres, muy noble y que da muchísimo placer", definió Diego.
Solís tiene el taller en su casa y realiza mayormente platería criolla. Para quienes deseen comenzar con la actividad recomienda realizar cursos, pero sobre todo, "que les guste" el oficio.