Comunicado de las Entidades
Es necesario un cambio urgente de rumbo
El campo se manifiesta una vez más en una fecha histórica, un nuevo aniversario en el que unido se expresó frente a una política agropecuaria que sumaba un nuevo error: la Resolución 125.
Hoy, siete años después, el hombre de campo reclama a sus entidades expresar el malestar por la situación terminal de la mayoría de las producciones del país. (ver documento al final)
Esta situación es el resultado de políticas públicas equivocadas, en reiteradas oportunidades denunciadas, y que excedieron lo meramente sectorial, para afectar a la ciudadanía en su conjunto: un débil marco institucional que ha atentado contra los mecanismos republicanos contenidos en la Constitución Nacional, tales como la división de poderes, la transparencia, el desarrollo del federalismo verdadero, el equilibrio macroeconómico, la responsabilidad fiscal, el cuidado de la moneda. La ausencia de este marco institucional ha llevado a un deterioro de las posibilidades de producir y derivó en una degradación de lo económico y social.
Restricciones a las exportaciones de todo tipo, retenciones, administración de la oferta con cupos que distorsionan los precios, presión impositiva exorbitante, limitaciones al financiamiento, fijación de precios, impedimentos a las importaciones de insumos, entre otras medidas, han generado la pérdida de competitividad que se manifiesta en el quebranto generalizado, resultado directo de esa política aplicada.
El campo ha demostrado que tiene otra mirada, otra vocación.
Producimos para 400 millones de habitantes, en un mundo que crece y que necesita muchos más. Los argentinos podemos producirlos si aplicamos los incentivos correctos: establecer una misma política cambiaria para todas las actividades con la eliminación de los derechos de exportación, eliminación de todas las trabas al comercio, tales como ROEs y cupos.
Exigimos al Banco Nación que cumpla su rol fundacional de fomento, y que diseñe una política de incentivos para las PYMES agropecuarias, la naturaleza de su actividad y los ciclos productivos.
Es necesario un cambio de rumbo.
Éste es nuestro reclamo, que venimos sosteniendo desde hace muchos años, trabajando sobre las coincidencias con un objetivo común: la defensa de todos los productores agropecuarios. Un cambio al que queremos comprometer a los futuros gobernantes con la certeza que de la mano del campo, Argentina puede salir adelante.
Es absolutamente necesario que entiendan que la política implementada por el gobierno nacional en los últimos años, perjudicó al productor y al consumidor, ampliando la brecha en los precios que reciben. Los consumidores llegan a pagar hasta 20 veces lo que recibe un productor, y se supone que estas políticas eran para defender la mesa de los argentinos.
El panorama es alarmante
Los productores trigueros desde 2006 están en un mercado cautivo, donde ni los exportadores ni los molinos compiten por este producto. De esta forma la producción termina transfiriendo recursos al resto de la cadena debido a la distorsión e intervención perniciosa del mercado.
Por la aplicación de cupos a la exportación (ROEs-Res. 543/2008), al comienzo de la próxima siembra 2015/16 quedaría un remanente equivalente al 50% de la cosecha de la cosecha anterior lo que deprimiría aún más los precios internos pagados al productor.
En la campaña 2009/10 se llegó a tener la siembra más baja en 110 años. (2,9 millones de ha).
Los productores de maíz se enfrentan a una situación tan complicada como la del trigo, donde se ha hecho inviable producir debido a la distorsión del mercado, el cupo a las exportaciones, la alta presión impositiva, el aumento de costos y la fuerte incidencia del flete. En el NOA el costo del transporte puede representar más del 50% del valor del producto.
Recordemos que tanto el trigo como el maíz son cultivos fundamentales y estratégicos en la rotación de cultivos para las sustentabilidad del suelo.
La producción de leche no para de caer, desde hace tres años, por las malas políticas de gobierno y decisiones de la industria que usaron como válvula de ajuste al productor y al consumidor. Hoy hay 5000 tamberos menos que en 2001 y podrían ser aún más, si se mantienen la actual situación de precios que no alcanzan para cubrir los costos de producción ante la descapitalización y el alto endeudamiento.
El sector vitivinícola enfrenta una crítica situación por un exceso de oferta de 200 millones de litros, es decir el 10% de la producción anual, como consecuencia de las desacertadas medidas de gobierno. Esto, sumado a la caída de la demanda interna y externa del orden del 7%, aumento de costos en dólares y pérdida de competitividad, hace peligrar la actividad de 40 mil productores vitivinícolas y más de 156 mil trabajadores.
Los productores de peras y manzanas reciben por su producción sólo el 62% de lo que les cuesta su recolección. Si el destino de la fruta es la industria esta proporción es mucho menor y el productor recibiría sólo el 40% de lo que le costó la cosecha. Esta situación obliga a muchos de ellos a dejar en los montes 200 mil toneladas de peras, es decir el 25% de la producción nacional. Ante la mezquina respuesta por parte del gobierno y la falta de rentabilidad lleva a muchos de ellos a ser expulsado del negocio frutícola fomentando la concentración. A esto se le suma la gran incertidumbre que hay hoy en la demanda internacional.
Los productores de tabaco han sido afectados por factores climáticos, en el NOA por granizos se perdió el 10% de la superficie implantada. En la provincia de Corrientes 1.700 hectáreas de tabaco, de más de 900 productores, presentan un nivel de pérdidas de un 70% aproximadamente, como consecuencia de las recientes inundaciones. Respecto de la situación económica, durante el último año los costos de producción aumentaron un 40% mientras que el precio al productor sólo se incrementó un 10%.
Los productores algodoneros se enfrentan a una caída de la cotización internacional del 27%, que afectará el precio que reciban por su cosecha. Hoy se está pagando $2500 la tonelada de algodón en bruto, valor que no alcanza para cubrir los costos de producción.
Los productores citrícolas se enfrentan a un escenario internacional y local adverso como consecuencia de una demanda internacional afectada por la devaluación de los mercados compradores como UE, Rusia y Brasil. La mayor oferta de cítricos de Perú y Sudáfrica nos está desplazando de los mercados mundiales lo que volcará una mayor cantidad de fruta en el mercado interno e impactará aún más en el precio al productor, que hoy está cobrando un tercio de lo que necesitaría para cubrir los costos y seguir en la actividad.
Los productores de ajo sufren una fuerte contracción del precio del orden del 30% lo que se suma los efectos negativos del incremento de costos por la inflación, la presión impositiva y la pérdida de competitividad internacional, que se ha agravado a su vez por la devaluación del real brasilero. Esto ha desincentivado la inversión impactando fuertemente en el área sembrada que cayó un 40% respecto al 2011 en Mendoza, principal provincia productora.
Los productores de azúcar están recibiendo el mismo precio que hace 4 años, situación que impacta en la viabilidad del negocio de 4800 pequeños productores cañeros, es decir el 90% del total. La pérdida de competitividad internacional le quita al sector la posibilidad de exportar, y la sobreoferta se vuelca al mercado interno e impacta aún más en el precio al productor.
El productor ovino afronta una caída de precio internacional de la lana del 10%, entre otras razones por la devaluación del dólar australiano y el elevado stock de lana en China. Con un ingreso atado al dólar y los costos traccionados por la inflación, los resultados económicos se han deteriorado fuertemente. Entre 2006 y 2012 desaparecieron 230 establecimientos en Chubut, una de las principales provincias productoras de lana.
¿Cuánto paga usted por estos productos?
Tanto el productor como el consumidor fueron los más perjudicados por la política implementada por el gobierno nacional.