Polémica por visita de Cristina a un tambo
La ex presidenta estuvo en un establecimiento de Lincoln, vinculado a un ex intendente de esa ciudad denunciado por corrupción. La situación generó muchas críticas en las redes.
“Cristina (Fernández) visitó un tambo en Lincoln. Al productor le aumentaron un 300 por ciento los costos”, informó a través de su cuenta de twitter el nuevo partido político de la ex presidenta, Unidad Ciudadana, en lo que terminó disparando una catarata de críticas por parte de usuarios fundamentalmente ligados al sector agropecuario.
Es que la dirigencia rural acusa a la ex mandataria de que, durante sus ocho años de gobierno, se gestó la crisis que afectó con fuerza a la lechería en los dos últimos años.
Además, un informe dado a conocer por Valor Soja asegura que el tambo visitado por Cristina pertenece a la firma Apeadero Linqueño SA, creada en 2008 por Jorge Abel Fernández, ex intendente kirchnerista de Lincoln, que está denunciado por defraudación a la Administración Pública, malversación de caudales públicos, administración fraudulenta de fondos públicos nacionales, provinciales y municipales, cohecho, asociación ilícita y enriquecimiento ilícito.
Políticas controversiales
De acuerdo a un informe de la Mesa de Enlace, durante la gestión de Cristina se cerraron unos cinco mil tambos en todo el país. Sin embargo, las cifras oficiales que muestra el Observatorio de la Cadena Lechera (Ocla) no dicen lo mismo: entre 2008 y 2015, la cantidad de tambos habría estado estable en 11.500, y en 2016 sí se habrían perdido establecimientos.
Como fuere, los problemas graves para la lechería sí comenzaron durante 2015, cuando los tamberos denunciaban que el precio que les pagaba la industria no alcanzaba siquiera para cubrir sus costos productivos, y la industria aducía, entre otras razones, las trabas para exportar.
Cabe recordar que Argentina implementó ROEs para la lechería que, por ejemplo, impidieron aprovechar los momentos de precios internacionales récord de la leche en polvo.
Además, en aquel momento los tambos para subsistir y no cerrar recibían subisidios por litro de leche producida y un “beneficio” indirecto que eran las retenciones al maíz, que reducía el precio interno del cereal, principal insumo en la alimentación de las vacas, pero generó múltiples inconvenientes para la producción agrícola, como el monocultivo de soja.
Agrovoz