domingo, 28 de enero de 2018

Carlos Iannizzotto: 
“Argentina no debería tener déficit comercial” 
Un análisis arroja que crecerán todos los bloques a los que se exportan productos regionales 
El presidente de CONINAGRO, Carlos Iannizzotto, sostuvo que “el país no debería tener déficit en su intercambio comercial porque es posible ampliar nuestra oferta y el mundo demanda nuestros productos”. 
También alertó sobre la necesidad de “evitar el deterioro del tipo de cambio” y pidió que “se siga trabajando en el otorgamiento de reintegros y se aceleren las reformas para brindar mayor competitividad a las producciones de las economías regionales”, como la baja de impuestos o mejoras en la infraestructura. 
“Una inserción profunda y sostenible en los mercados extranjeros no sólo depende de la competitividad cambiaria y la demanda de nuestros socios, sino también de una política internacional seria y coherente en el largo plazo, como la que permitirá la exportación de carne con hueso a China”, dijo Iannizzotto. 
El presidente de CONINAGRO también pidió la firma de acuerdos comerciales “que ayuden a que las relaciones con otros países fluyan con menos sobresaltos” y el cumplimiento, por parte de Argentina “de estándares de calidad y medioambientales en las distintas etapas del proceso de producción y distribución. 
“Argentina tiene deficit comercial, no por falta de demanda, sino por las dificultades internas que enfrentan nuestras economías, como los altos costos y el precio de nuestra moneda, que erosionan nuestra competitividad”, aseguró Iannizzotto. 
Un mundo en crecimiento 
Un análisis de CONINAGRO señala que todos los bloques a los que se destinan las exportaciones de las economías regionales crecerán durante el año en curso. 
De los principales 15 destinos de las exportaciones de economías regionales, 5 pertenecen a América Latina y tendrían un modesto crecimiento el año próximo. Brasil, principal socio argentino (y con una importante demanda en economías como el arroz, peras, manzanas, hortalizas y vinos entre otras), se recupera de su crisis económica pero su proceso de expansión va a una velocidad media (se estima un crecimiento de 1,9%). Otros países como Paraguay, Bolivia y Uruguay podrían ayudar a compensar en parte el lento crecimiento del gigante de América con tasas en torno al 4% anual. 
Por su parte, Estados Unidos, importante socio comercial y principal comprador de miel y vino, ha mantenido una senda de crecimiento relativamente constante en los últimos años y para el presente se estima una expansión de 2,7%. 
El estudio se realizó sobre la base de la última actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales elaboradas por el Fondo Monetario Internacional. Para 2018, el Fondo prevé una aceleración del crecimiento del PBI mundial que se ubicaría en el orden del 3,9%, siendo el bloque de los países emergentes de Asia el que experimentaría la mayor expansión (+6,5%). Como contrapartida, las menores tasas se observarían en Latinoamérica y el Caribe, que sólo crecería 1,9%, y los países desarrollados que avanzarían 2,3%. 
China es uno de los demandantes más significativos de granos, maní, carnes y lanas entre otros productos. Si bien es cierto que su crecimiento se desacelera, este sería del 6,6%, uno de los valores más altos a nivel mundial. Dentro del continente asiático tenemos además a India y Vietnam que absorben también una parte importante de las exportaciones de granos y que esperan un crecimiento de 7,4% y 6,3% respectivamente en 2018. Por otra parte, para la Unión Europea se proyecta una modesta expansión del 2,2% anual, con países como Alemania (también un importante demandante de miel) e Italia (uno de los principales compradores de lanas), entre otros, creciendo 2,3 y 1,4%, en ese orden. 
Todos estos valores hacen pensar en un crecimiento de la demanda de productos regionales argentinos en 2018. No obstante, cabe recordar que una inserción profunda y sostenible en los mercados extranjeros no sólo depende de la competitividad cambiaria y la evolución económica de nuestros socios sino también del diseño de una política internacional seria y coherente en el largo plazo, la firma de acuerdos comerciales que ayuden a que las relaciones con otros países fluyan con menos sobresaltos y el cumplimiento y certificación de distintos estándares de calidad y medioambientales en las distintas etapas del proceso de producción y transporte por mencionar algunos ejemplos.