Es una amenaza que no sólo produce pérdidas por disminuir la performance productiva del animal, sino también por las muertes que genera.
Las olas de calor producen la muerte de gran cantidad de animales, sin embargo, las pérdidas económicas por reducción de la performance que experimenta el ganado durante condiciones de estrés severo exceden a la pérdida por mortandad entre 5 a 10 veces.
En particular, los animales en terminación alimentados con dietas en base a grano de alta energía generan cantidades significativas de calor metabólico que es transferido desde el cuerpo hacia el medio ambiente. El fracaso de la transferencia de este calor, especialmente en el verano, resulta en una acumulación de temperatura dentro del cuerpo y predispone al animal al estrés.
En general los pelajes oscuros (Aberdeen Angus negros) serán más susceptibles al estrés por calor que el ganado con pelajes más claros (Hereford- Shorton).
El objetivo de cualquier estrategia de mitigar el estrés por calor, es el de ayudar a la hacienda a reducir su temperatura corporal.
Alimentación programada: Restringir el alimento durante las horas de temperaturas extremas, evita que el pico de calor metabólico se produzca simultáneamente con el pico de calor ambiental.
Manejo del incremento calórico (IC): Los recursos alimenticios difieren en cuanto al incremento calórico que producen, por ejemplo, dietas con mayor contenido de fibra producen menor cantidad de calor que la generada a partir de alimentos con alto contenido de energía.
Disponibilidad de agua: En un ambiente caluroso el consumo de agua pasa a ser muy importante, en general durante el verano el consumo de líquido por unidad de materia seca consumida se duplica.
Aspersión: los beneficios de ésta técnica se incrementan si se inicia por la mañana, antes que la carga calórica de los animales comiencen a aumentar.
Sombra: su beneficio será más contundente en aquellas zonas de mayor temperatura y/o radiación solar.
Si se tiene que mover o trabajar con la hacienda, hacerlo muy temprano por la mañana cuando está más fresco, para permitir que los animales tengan entre 2 o 3 horas de recuperación luego del movimiento.
Comparando las diferentes estrategias de mitigación del calor, se encontró que mayores cantidades de agua tienden a generar más beneficios que la sombra, y que esta última genera el mismo efecto que la aspersión. Todas las técnicas de atenuar el efecto del calor en verano son recomendables, no sólo desde el punto de vista del bienestar animal, sino también desde el punto de vista económico, por mejorar la performance productiva de la hacienda.