La realidad del primer semestre
Según el especialista Juan Elizalde, la mejora de la producción ganadera se debe más al buen clima que a las decisiones empresariales. La cría tendrá ingresos extra porque venderá terneros con más kilos y beneficiará al resto de la cadena. Claves para que el novillo pesado sea negocio.
“A diferencia de otros años, la suba de la hacienda que se esperaba para este primer semestre ocurrirá con menor intensidad. En valores nominales, el aumento promedio es del 34% comparado con el segundo semestre del año anterior. Pero en esta oportunidad se espera que el diferencial sea menor al 15%”, dijo a Valor Carne Juan Elizalde refiriéndose a la estacionalidad del precio de los animales para faena que la consultara Elizalde& Riffel lleva desde hace ocho años.
El especialista explicó que esto se debe a que la oferta no disminuyó tal como ocurría habitualmente. “Sólo hay atisbos del fenómeno en el novillo, que hasta la semana pasada había aumentado 6%, precisamente por su escasez, mientras que los terneros gordos y novillitos se movieron apenas 1%. Tomando en cuenta esta semana, el incremento es del 15% para el novillo y del 10% para las otras categorías”, aclaró.
Las causas
El retraso en los valores va en línea con el aumento de la faena, que en enero fue la más alta de los últimos cinco años. “El exceso de animales terminados, que hubo en el segundo semestre de 2016, se trasladó al primer bimestre de 2017 y eso hace que, obviamente, no suban tanto los precios, a pesar de la recuperación de las últimas semanas”, explicó.
Para Elizalde, otro factor en juego es el incremento de la faena de hembras. “Se lentificó el proceso de retención. Al mantenerse el ternero casi al mismo valor que el año anterior, los criadores tienen que vender más cantidad de machos y si no les quedan, debe hacer uso de las terneras hembras; y eso se reflejó en la faena”, argumentó.
Un elemento que refuerza esta idea es que el porcentaje de ocupación en los feedlot es el mayor de los últimos tres o cuatro años. “Este verano hay un 5 a 6% más de hacienda que otros, lo cual muestra que la oferta está muchos más fluida”, aseguró. En ese sentido, los establecimientos de engorde trabajan al 60% de su capacidad instalada, cuando habitualmente para esta época del año están en un 55%.
Además, hay una saturación del consumo a pesar de que el precio de la carne se mantuvo estable en el último año. “Si bien hubo una corrección muy alta, del 35%, previo a la asunción de Macri, después subió un 7/9%, mucho menos que la inflación. Volvió a quedar relativamente barata, pero aún así la gente no responde. Hay que tener en cuenta la abundante oferta de proteínas sustitutas”, sostuvo.
Elizalde piensa que es necesario hacer una campaña para explicarle a la población lo que está sucediendo. “Aún con las nuevas políticas, el cuadril, por ejemplo, está casi al mismo precio que hace año, frente a una inflación del 40%, o sea que el poder adquisitivo del salario en términos de kilos de carne subió. Hay que comunicarlo ahora para evitar conflictos más adelante, porque en algún momento volverá a subir. Pero, tal vez, esta corrección se dará a lo largo del año y no tanto en esta época, como ocurría anteriormente”, planteó.
Qué se espera
¿Hay perspectivas de subas? “El novillo aumentará si se retrae la faena, podría ganar un 5/ 6% adicional, nada más; y el novillito menos, porque hay más oferta”, pronosticó Elizalde. En cuanto al ternero para invernada, “no hay posibilidad de que suba demasiado porque los márgenes del recriador y del feedlotero se achicarían”, agregó.
De cualquier modo, prosiguió, “la situación del invernador es alentadora, porque su materia prima, el ternero, se mantuvo -en términos relativos al valor del novillo- y el precio del maíz puede resultar más bajo que el año pasado, aunque otros costos subieron en dólares”. Es decir que “el que va a terminar sufriendo esta falta de ajuste estacional del novillo es el criador porque venderá casi al mismo precio de un año atrás”, advirtió Elizalde.
Pero la cría tendrá una gran ventaja este 2017 porque el estado general de los campos, salvo los que sufrieron inundaciones o incendios, es excelente. “Llovió mucho y hay abundante pasto, beneficiando al 60/70% de la hacienda del país. Entonces, el criador tendrá un ingreso extra porque el ternero está mucho más pesado. Hoy, ya tiene 10, 20 ó 30 kg más que hace un año, según el estado nutricional; con lo cual venderá más kilos, tendrá más preñez y más terneros para retener”, anticipó.
Esto puede derivar en cambios importantes en la dinámica del mercado hacia fines del primer semestre. “Se acelerará el ingreso a los feedlots porque ya hay terneros pesados para encerrar. Si además el precio del maíz baja un poco, por el comienzo de la cosecha, las cuentas van a cerrar mejor y muchos matarifes adelantarán el ingreso”, indicó.
A su vez, se modificará la oferta de animales terminados a lo largo del año y, por ende, sus precios. “Habrá terneros gordos antes, a diferencia del año pasado en que se retrasaron porque había mucho barro en los corrales. Al ingresar con más kilos, si no hay nuevos peligros climáticos, saldrán un mes antes, lo cual también atenta contra la suba de precios ya que se adelantará la oferta de carne. Es decir que podrán estabilizarse los valores de este primer semestre con respecto al siguiente”, pronosticó.
Finalmente, este panorama impactará en el peso medio de faena. “El kilaje de la res aumentará porque el ternero saldrá más pesado, no porque en el feedlot se le hagan más kilos. Si lo compran con 190 kg en lugar de 170kg, lo venderán con 320/330kg en vez de 300 kg. Hay una correlación bastante alta entre peso de ingreso y peso de salida Y eso, afectándolo a toda la faena, hará subir el peso medio en tres o cuatro kilos por sobre los 221kg en que está ahora”, señaló.
Así las cosas, Elizalde resaltó que “hay que agradecer a los criadores por el aporte que van a hacer destetando más pesado y esperar a que los recriadores y feedloteros tengan una mejora vía reducción del precio del maíz y agregándole unos kilos más. Así, podrán recuperar algo del margen frente a la limitada expectativa de subas de precios”.
Novillo pesado
El especialista sostiene que la producción de animales pesados se moverá poco este año, esto se empezará a ver recién en 2018. “Hoy, la exportación paga lo mismo por kilo que el consumo, con la diferencia que el animal debe contar con unos 40 kilos más. Es negocio producirlo para las empresas que preparan su propia comida: si trabajan bien, tienen costos de $20 a $22 por kilo vivo, frente al novillo que se vende a $54 por kilo de carne. Pero cierra menos para hacerlo en un feedlot de hotelería porque ese costo sube a $26/$28/kg o más”, advirtió.
Los más beneficiados son los campos que producen sus propios terneros. “Son los que están nominados para participar del negocio exportador, mucho más que un criador que tiene que recriar en otro campo y después llevarlo a hotelería. Son tres actores que deben vivir de la actividad, mientras que en el ciclo completo hay uno solo y además se gana en control y eficiencia de procesos”, afirmó.
¿El entusiasmo en la ganadería? “No veo que los empresarios tomen decisiones como para aumentar la producción, el buen ánimo está pero no se traduce en acciones concretas. Un ejemplo es que los toros se pagan mucho más pero no hay tanta movida en materia de manejo como para que esa genética sea bien aprovechada, sobre todo si no se mejora el resultado reproductivo”, subrayó.
En síntesis, para Elizalde el año comenzó bien pero con los mismos deberes incumplidos de 2016. “Más allá de la bonanza climática en algunas regiones, los cambios que llevarían realmente a progresar todavía no ocurrieron”, finalizó.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne