Escándalo en Brasil.. y aca!!!
La empresa JBS desembarca en la Argentina los primeros años del 2000, con el respaldo financiero del Banade, fondos públicos brasileños, en un impulso por convertir a la empresa en el primer operador mundial de carnes. Por Dardo Chiesa (*)
Fuertes repercusiones políticas y periodísticas han generado las denuncias de los directivos de la empresa brasileña JBS acerca de hechos de corrupción que involucran hasta al mismo presidente de la república Federativa del Brasil.
La figura del arrepentido permite a los empresarios brasileños hacer este tipo de denuncias, salvando la responsabilidad penal, cuando es tan culpable el que soborna como el sobornado. Esta figura no está presente en la República Argentina.
La empresa JBS desembarca en la Argentina los primeros años del 2000, con el respaldo financiero del Banade, fondos públicos brasileños, en un impulso por convertir a la empresa en el primer operador mundial de carnes. De la misma manera desembarca en Paraguay, Uruguay, Australia y EE.UU., dónde compran Swift, una empresa emblemática y centenaria.
En Argentina compran Swift Rosario, Venado Tuerto, Frigorífico Pontevedra, Colcar y Frigorífico San José. Todas operaciones millonarias, pagando 15 lo que valía 3, o 27 lo que valía 6. Compraron empresas, canales de distribución, marcas y, sobre todo, mercados. Avanzaron alquilando plantas de termoprocesado y conserva para cerrarlas.
La carne termoprocesada y enlatada es un mercado histórico argentino que permitió el ingreso de carne a EE.UU., y es importante su presencia en los mercados de bajo poder adquisitivo, donde no hay cadena de frío. Este cierre dejó a Argentina prácticamente fuera del mercado y ayudó a consolidar a Brasil como primer exportador mundial. Las categorías de hacienda que abastecen a este mercado es la vaca de refugo o de descarte y vaca conserva, que es una mercadería muy estacional; al concentrar la demanda hicieron abuso de posición dominante restringiendo los precios con un alto perjuicio a los productores. En la sequía del 2008-2009 hicieron un estrago en el mercado de la vaca de conserva.
En las plantas adquiridas faenaban operadores como matarifes y grupos de productores exportadores. La política de los nuevos dueños fue expulsar a dichos operadores concentrando y dificultando el negocio.
Posteriormente compraron en forma agresiva, tratando de competir en el mercado, colocando a la competencia en posiciones desfavorables, aprovechando la política oficial “K”, absolutamente desfavorable hacia el sector.
Finalmente viene el cierre de las plantas y luego la venta de alguna de éstas a valores mucho más bajos que los de compra. Atrás de estos cierres quedan miles de operarios en la calle y el daño social que impacta sobre las localidades donde se encuentran.
Alguien en nuestro bendito país, donde no existe la figura del arrepentido, debería estudiar el accionar de esta empresa con matriz de corrupción. Ver si dicha matriz se replicó en Argentina, si hubo luz verde o connivencia con las autoridades nacionales, y buscar los mecanismos para que esto no se repita.
(*) Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y ex titular del IPCVA