Reforma Tributaria: la solución
para el agro llegaría en la campaña 2018/19
Mucho se habla de la pérdida de competitividad del agro y de que una Reforma Tributaria sería el camino para revertirla.
Por Agustina Izurieta
El gobierno se encuentra en una situación compleja, donde los sectores productivos pierden competitividad a causa de la inflación y la alta presión fiscal, reclamando cambios como los manifestados por el presidente de CRA días pasados. A su vez, transita un año electoral, donde el déficit fiscal no da tregua.
Ricardo Negri, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, reconoce la situación manifestando que “la Argentina necesita una Reforma Tributaria, por la alta presión fiscal”, y que “hay que bajar el déficit, porque es una de las cosas que genera inflación, que es el gran problema de Argentina”. Además, plantea que en materia fiscal “la situación es muy compleja, no es pareja para todos, y eso es terrible para la competencia”, sostiene que promueve “la clandestinidad fiscal” incrementando los costos, por ejemplo, del financiamiento.
En cuanto a la Reforma Tributaria, “lo que estamos preparando, coordinado por Hacienda, es un paquete de medidas de reforma fiscal gradual para los próximos años, que será enviado al Congreso. Donde los objetivos son: simplificar y desburocratizar, bajar la presión fiscal y homogeneizar (la base tributaria); para evitar lo que sucede actualmente, donde algunos pagan cifras exorbitantes y otros no pagan nada”.
Plazos para la Reforma Tributaria
“Se trabajará en la Bicameral (comisión constituida en el Congreso para trabajar sobre la Reforma Tributaria) todo el 2017, para después de las elecciones, poder plantear una sana discusión tanto en Diputados como en el Senado. Luego, vendrá el cambio de leyes, su reglamentación y estaría efectiva a partir de fines de 2018, principios de 2019”.
Puede no llegar a tiempo para muchos
Dados los ciclos productivos del agro, el alivio puede llegar demasiado tarde, ya que implicaría esperar la campaña 2018/19 para ver los resultados. Ante esto, Negri argumenta que “tiene que pasar por el Congreso, y los tiempos del Congreso no los manejamos, muchas de estas cuestiones requieren de una ley, no es que se pueden cambiar por reglamentación. Sin embargo, la baja de las retenciones de la soja está lanzada, y es una reducción en la presión tributaria para una parte de la cadena.”
En el agro hay una multiplicidad de factores que afectan la competitividad. Muchos actores esperan que la solución venga por el lado de la macroeconomía, alterando el tipo de cambio. Sin embargo, la decisión política es dejar libre la dinámica cambiaria canalizando la solución desde la microeconomía, trabajando sobre factores que tienen que ver con el costo del capital, la logística, la energía y la apertura de mercados.
Negri remarca que “esto lógicamente lleva tiempo y no se ve de un día para el otro, no se pueden cambiar los ciclos de inversión. Las cosas que vamos pudiendo hacer tienen que ver mucho con cambios en la regulación”, ejemplifica este trabajo con las gestiones realizadas en torno a costos logísticos de contenedores para la exportación, “la modificación del TAP y la derogación del decreto 1108 hacen que los costos de logística hayan bajado entre 300 y 85 usd/tn”.
Desde su perspectiva, sostiene que “hay factores de competitividad que tienen que ver con una inserción de la Argentina en el mundo y tratar de bajar las barreras que nosotros mismos generamos y generaron otros países”. La reciente apertura de exportación de limones a USA y cítricos dulces a Brasil son ejemplos del camino trazado en este sentido.
Finalmente afirma que los anteriores “son algunos de los factores de competitividad en los que estamos trabajando, uno a uno, y muy de la mano del sector privado para remover las distorsiones”.
El principal desafío del gobierno es identificar cuáles son las necesidades urgentes y cuáles las importantes para hacer una correcta asignación de recursos y tomar las mejores decisiones en un contexto de elevada complejidad.
Siempre es bueno conocer qué piensan los hacedores de política, para ajustar expectativas y actuar en consecuencia.