Se esperan cambios fiscales en el comercio de la carne
El analista Ignacio Iriarte sostiene que, tras los cambios en las matrículas de los operadores de faena vacuna, hace falta abordar la situación fiscal de las carnicerías.
El mercado parece asimilar bien el aumento del 15% registrado en los precios de la hacienda y de la carne desde principios de marzo. Falta sobretodo hacienda liviana proveniente de los feedlots, mientras que hay una oferta normal de vacas –por los tactos- y de hacienda de campo, con diferentes grados de terminación.
Pasados dos meses de la entrada en vigencia del nuevo paquete anti-evasión, la gran mayoría de los operadores que hasta hace pocas semanas eran marginales hoy siguen trabajando, sea con matrículas recientemente sacadas, sea a través de las matrículas de los mismos frigoríficos prestadores de servicios de faena.
Si bien hoy se releva que muchos de los grandes operadores de la carne – ciclo dos, grandes matarifes, dueños de cadenas de carnicerías- venían trabajando con matrículas “prestadas”, situación que hoy se está regularizando, muchos otros grandes operadores como supermercados, exportadores o grandes frigoríficos de consumo venían con toda las papelería en orden y no han sentido un impacto mayor con las nuevas disposiciones anti-evasión.
El foco del problema parece estar pasando de la situación irregular de centenares de matarifes a la posición impositiva de miles de carnicerías, especialmente en el tercer cordón de Gran Buenos Aires, que figuran en el mejor de los casos como monotributistas, pero que en la mayoría de los casos han resistido y se resisten a que las medias reses compradas sean facturadas a su nombre. Mientras cientos de matarifes se inscriben y salen del anonimato, se estudia cómo encauzar impositivamente la operatoria de miles de pequeñas carnicerías cuya tributación hoy es mínima o directamente nula. (NAP)