lunes, 5 de noviembre de 2012

Jornada 2012 de ArgenTrigo 
Calidad y rendimiento, 
los grandes potenciales del trigo argentino 
Lograr calidades homogéneas permitirá ganar la confianza del mercado y vender el trigo argentino como pan y no forrajero. También es posible aspirar a rendimientos de 14 toneladas por hectárea con un manejo inteligente del cultivo. Ambos temas fueron desarrollados en la Jornada organizada por ArgenTrigo en la Bolsa de Cereales de la Ciudad de Buenos Aires. 
Con el lema “Una apuesta a lo posible”, la Asociación Argentina de Trigo (ArgenTrigo) llevó a cabo una jornada en la que diversos especialistas analizaron los desafíos y oportunidades que hoy enfrenta el cereal en nuestro país. El encuentro tuvo lugar el 1 de noviembre en la Bolsa de Cereales de la Ciudad de Buenos Aires. 
La apertura estuvo cargo de Oscar Solís, Subsecretario de Agregado de Valor y Nuevas Tecnologías del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, quien destacó el importante rol del trigo para la producción del país. “La interacción público-privada es el camino que nos llevará a crear nuevas oportunidades para el cultivo, y tanto las puertas del Ministerio como las de la Subsecretaría se encuentran abiertas para la colaboración en todos los temas que podamos abordar en conjunto”, afirmó. 
La calidad es un tema central 
Moderado por Fernando Cabona, de Bayer, el primer panel abordó el análisis de la calidad y las novedades tecnológicas. Miguel Di Rosso, gerente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, aseguró que para ganar confianza del mercado son necesarios lotes homogéneos de calidad garantizada. Para lograrlos se requieren análisis de calidad efectivos. “Lo ideal es saber qué tiene uno antes del almacenamiento, como mínimo en proteína y gluten, para no estar a ciegas al momento de vender”, señaló. 
“Nuestro trigo es competitivo a nivel internacional y, además, hay condiciones para seguir mejorando. Tenemos que hacer un trabajo fuerte en calidad pensando en las próximas generaciones”, dijo Di Rosso y centró su mirada en el Informe Institucional del Trigo Argentino. “Es una herramienta que nació hace 14 años por la necesidad de nuestros compradores brasileños de contar con información veraz sobre la calidad de nuestros productos, algo que no estaba disponible hasta el momento”, contó. 
Entre las variables medidas a nivel nacional, Di Rosso mencionó las proteínas. Mostró datos que revelan que desde 1998/1999 hasta 2011/2012, el trigo argentino tuvo un promedio de 11% de proteína. Sin embargo, hubo años en que este valor se ubicó en el 8 o 9%. “La tarea es lograr un piso de proteína, hacer que el promedio siempre se ubique por encima del 9,5% para venderlo como trigo pan y no como trigo forrajero”, apuntó Di Rosso. “Necesitamos lograr una homogeneidad en nuestros productos, ya que una de las principales críticas que recibimos como vendedores en el mercado internacional es esa falta de uniformidad. Tenemos barcos con 12% de proteína, y otros con 10, y lo ideal es que esos valores se acerquen, algo que se puede lograr con una adecuada fertilización”, subrayó. 
La fuerza panadera también fue señalada por el especialista como una de las variables que a nivel país está en niveles competitivos, pero con falta de homogeneidad. “En general, está en valores cercanos a 300, pero hubo años en que se ubicó debajo de 250 y hasta de 180”, advirtió. El mismo planteo fue extendido por Di Rosso para el peso hectolítrico.