Margen Bruto para la fina
Abril, momento de decisión, mes en el cual el productor del sudoeste bonaerense debe definir qué cultivo implantar en la actual campaña fina. Lamentablemente, por cuestiones climáticas, edáficas y financieras, la zona no presenta muchas alternativas: Trigo o Cebada. Por tal motivo, desde la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca se estima el Margen Bruto, de los dos principales cereales de invierno de la región.
Esta campaña el Margen Bruto expresado por hectárea mejora frente al ciclo 2016-17, básicamente por una mejora en el precio tanto de trigo que paso de 150 a 155 u$s/tn y la cebada forrajera de 125 a 130 u$s/tn. Los costos directos de semilla, fertilizantes y labores se mantienen casi constantes excepto la cosecha que pasa de 40 a 60 u$s/ha. La cebada cervecera con 110 u$s/ha, se presenta como el cultivo con mejor retorno económico, seguido por el trigo con 80 u$s/ha. y por último la cebada forrajera con 50 u$s/ha.
Para su elaboración se contempla un manejo tecnológico representativo de la zona, que implica la
realización de un barbecho químico, en el cual dos controles anticipados de malezas permiten mejorar la
acumulación de agua en el perfil. Una densidad de siembra, cada vez menor, de 50 kg/ha. en ambos cultivos.
En todos los casos se fertiliza con fósforo en la implantación (60 kg/ha de DAP) y se complementa en
macollaje con nitrógeno, la dosis para trigo y cebada forrajera es de 120 kg/ha de urea, mientras que en el
caso de cebada cervecera se utiliza 150 kg/ha en busca de calidad. Se contempla la aplicación de herbicidas
post emergentes y también el uso de graminicida. Finalmente, se utiliza insecticidas y un fungicida sobre la
totalidad del cultivo de cebada cervecera y la mitad de la superficie con cebada forrajera.
Con el nivel medio de tecnología aplicada se consideran rendimientos promedios de 2.800 kg/ha. en el
cultivo de trigo y 3.200 kg/ha. para cebada.
Como herramienta de evaluación, se utiliza el Margen Bruto, el cual surge de la diferencia entre el Ingreso
Neto y los Costos Directos de cada actividad. El Ingreso Neto se calcula de restar al Ingreso Bruto (rinde
esperado por precio), los gastos de comercialización (18% que incluye flete, impuestos y comisiones). Los
Costos Directos, que no contemplan los gastos de estructura, surgen de la suma de las labranzas agrícolas y
los insumos.
Los precios de los insumos sin IVA, corresponden al mes de abril 2017, mientras que el precio de los cereales
toma como referencia el Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA) enero 2018. En el siguiente cuadro se
observa para cada cereal de Trigo y Cebada, el resultado económico de la actual campaña.
El margen
bruto del cultivo de Cebada, se desglosa entre Cebada cervecera o forrajera, según los parámetros de
calidad obtenidos de proteína y calibre. La gran diferencia se observa en el precio, donde la cebada para
maltería percibe más del 20% que su par para consumo animal. Todos los valores expresados son en dólares.
Esta campaña el Margen Bruto expresado por hectárea mejora frente al ciclo 2016-17,básicamente por una mejora en el precio tanto de trigo que paso de 150 a 155 u$s/tn y la cebada forrajera de 125 a 130 u$s/tn. Los costos directos de semilla, fertilizantes y labores se mantienen casi constantes excepto la cosecha que pasa de 40 a 60 u$s/ha.
La cebada cervecera con 110 u$s/ha, se presenta como el cultivo con mejor retorno económico, seguido por
el trigo con 80 u$s/ha. y por último la cebada forrajera con 50 u$s/ha.
Se complementa el análisis con los rindes y precios de indiferencia para cada cultivo y el margen bruto con
arrendamiento, que contempla un alquiler de 5 quintales de trigo/ha., frente a esta situación los números se
ajustan y en el cultivo de cebada forrajera llega a valores negativos.
Esta mejora en los resultados económicos, provoca mayor optimismo en el productor de nuestra región, que
sin duda beneficiará indirectamente a toda la cadena comercial. Seguramente los beneficios que perciba el
productor en esta campaña, colaborarán para reinvertir y mejorar el paquete tecnológico actual (mejora
genética y uso fertilizantes), donde en los últimos años con el fin de minimizar los costos ante una
rentabilidad mínima o negativa, la aplicación de tecnologías era escaso a nulo.