jueves, 27 de septiembre de 2012

Comenzará a regir el uso obligatorio del Libro de Registros de Tratamientos Veterinarios 
Es para todos los establecimientos pecuarios del país y busca que los medicamentos aplicados al rodeo no alteren la inocuidad de los alimentos. La medida fortalece las políticas de trazabilidad que lleva adelante el Senasa. 
Desde diciembre los productores ganaderos que exporten a la Unión Europea deberán usar obligatoriamente el Libro de Registros de Tratamientos Veterinarios aplicados sobre animales cuyos productos son destinados al consumo humano, al entrar en vigencia la Resolución 666/2011 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). 
Asimismo, desde marzo de 2013 la medida alcanzará al resto de las explotaciones pecuarias del país. Su objetivo es que los medicamentos destinados al ganado no alteren la inocuidad de los alimentos. La herramienta permitirá discriminar a los animales según sean aptos o no para faena, de acuerdo al cumplimiento del período de carencia necesario para eliminar los residuos químicos recibidos en los tratamientos veterinarios. Quedarán exceptuados aquellos productores que ya cuenten con registros similares, como avicultores y acopiadores de equinos. 
El Libro no tiene un formato preestablecido, pero el Senasa ofrece un modelo de folio disponible en su sitio web, el cual también puede ser consultado en las oficinas provinciales. Tanto la apertura como el cierre del Libro deberán ser realizadas con intervención de la Oficina del Senasa correspondiente a la jurisdicción donde se encuentra el establecimiento. 
Para que el uso de medicamentos veterinarios no altere la inocuidad de los alimentos, es necesario que los productores primarios respeten las instrucciones de uso, registren los fármacos aplicados a sus animales y respeten el período de carencia de todos los tratamientos utilizados en su explotación durante el ciclo productivo. 
Cabe destacar que el Libro es un instrumento complementario tanto del Registro y Autorización de Productos Veterinarios como del Plan Nacional de Control de Residuos e Higiene de los Alimentos (Creha). Estas herramientas buscan evitar que los alimentos puedan ser rechazados por los distintos mercados debido a la presencia de residuos químicos que excedan los valores permitidos en alimentos de origen animal y constituyan un riesgo para la salud de los consumidores.