Carne: exportaciones suman más participación
por Ignacio Iriarte (*)
Pese al atraso en el tipo de cambio y la falta de novillos, las ventas externas están más activas.
Los precios del novillo en Liniers han perdido casi todo lo ganado durante el último invierno, y se ubican hoy al mismo nivel que en marzo último. Esto significa un retroceso del 20 % en términos reales con respecto a entonces.
Con cuatro a seis semanas de retraso se está dando el pico anual de oferta del feedlot, que encuentra el consumo interno debilitado, agravando la situación el hecho de que el precio de la carne al mostrador –pese a la caída de las ventas– ha quedado en un nivel acorde a los valores de la hacienda de agosto-septiembre. Es decir un 15 % más altos que los actuales.
Hoy tenemos un mercado de carnes plenamente abastecido: 58 kilos de carne vacuna, 46 kilos de pollo (récord histórico) y 13 kilos de cerdo, lo que representa un total de 117 kilos por habitante.
Cuesta cobrar a los carniceros y hay un considerable stock de carne en cámara en los frigoríficos, lo que dificulta la reacción del mercado, aún con bajas entradas.
¿Qué sucede con la Exportación?
La exportación, pese a todas las dificultades derivadas del atraso en el tipo de cambio y la falta de novillos, está algo más activa que un año atrás, y representa hoy entre ocho y nueve por ciento de la demanda; lejos aún del 25 % de 2005 o del 20 % en 2009.
Ha caído fuerte la cotización del R& L Hilton –más de tres mil dólares en menos de dos meses– y el mercado ruso ofrece valores sensiblemente inferiores a los de meses atrás.
Un exportador nos dice que un mercado interno más pesado también contribuye a aumentar, aunque sea marginalmente, las ventas al exterior. Tanto en Europa como en Rusia, se siente el fortalecimiento del dólar.
Uruguay tiene en las últimas semanas dificultades para colocar cortes dentro de la cuota 481, registrándose una baja del 10 % en los valores ofrecidos por los europeos, que estarían dispuestos a pagar sólo nueve mil dólares por el conjunto de 18 cortes, un 10 % menos que un mes atrás.
Uruguay, que tiene acceso al enorme mercado de los Estados Unidos, está volcándose crecientemente a este destino que, hoy ávido de carne, paga mejores valores que Europa, Rusia e incluso China.
Con una exportación limitada y un consumo debilitado, lo que cabe esperar es la continuación de esta tendencia hasta mediados o fines de enero, cuando comience a presentarse, como todos los años, el faltante de gordo liviano.
Nivel de actividad
La faena durante el año cerrará con una caída superior a las 400 mil cabezas con respecto al año pasado.
Esta disminución podría ser interpretada como un principio de retención, pero el perfil de la matanza nos aleja de esa hipótesis: se faenarán este año 230 mil hembras más y 640 mil machos menos, con una caída espectacular en la faena de novillos (19,3 %). Para el año próximo, prevemos una retención moderada de hembras, como consecuencia del cambio de expectativas que se daría por el cambio de Gobierno.
Es difícil, razona la mayoría de los operadores, que la nueva administración que venga pueda ser más hostil al sector ganadero que la actual gestión. El impacto más grande sobre la formación de los precios de la hacienda podría darse por una eventual liberación y unificación del tipo de cambio, que devolvería parte de la competitividad perdida a las exportaciones de carne vacuna.
Si se acepta que en una primera etapa las exportaciones podrían trepar, en el mejor de los casos, a unas 350 mil toneladas anuales, aún en este caso el consumo interno seguiría siendo 88 % de la demanda.
Y es difícil, al menos en el corto plazo, que el consumo quede bien parado después de una devaluación.
(*) Analista del Mercado de Ganados y Carnes
(Fte.: La Voz del Interior)
(Fte.: La Voz del Interior)