miércoles, 5 de marzo de 2014

El Girasol contra viento y marea 
El próximo 27 de mayo, en el hotel Sheraton Retiro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) encabezará un nuevo Congreso Argentino de Girasol, el encuentro que cada dos años reúne a toda la cadena de valor. La entidad aspira a que este espacio tenga un fuerte efecto dinamizador que colabore a sortear las dificultades que enfrenta la oleaginosa. 
La cadena de valor del girasol atraviesa la peor campaña de los últimos 40 años. Esto se debe a la desfavorable situación climática que ha reducido considerablemente la superficie sembrada –de 1,4 millones de hectáreas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires-, también a la caída de los precios internacionales y, finalmente, al gran impacto que tiene el nivel de retenciones actual –del 30% para aceite y harina, y 32% para grano- que le quita competitividad a un cultivo clave para muchas economías regionales. Pese a esta coyuntura, los integrantes de la cadena reunidos en la Asociación Argentina de Girasol han decidido seguir apostando al aceite más usado en la mesa de los argentinos, un cultivo clave para muchos productores del país, también para la industria oleaginosa y la semillera –la Argentina es líder mundial en materia de investigación y desarrollo del cultivo–. 
Así, el próximo 27 de mayo, en el Hotel Sheraton Retiro de la ciudad de Buenos Aires, se realizará el 6to Congreso Argentino de Girasol bajo el lema “El girasol que viene, desafíos y soluciones”. Los objetivos del Congreso son analizar el estado actual del conocimiento aplicado al cultivo de girasol, los avances tecnológicos, los nuevos sistemas de producción y la situación comercial y de los mercados tanto para los granos como para las harinas y aceites. 
En dos salas simultáneas y 8 bloques temáticos, el encuentro organizado por la Asociación Argentina de Girasol propone analizar a la Argentina como “país girasol” y su proyección al mundo, con la presentación de las últimas investigaciones y tecnologías ligadas al cultivo, la consolidación de una red de valor, y las alternativas que surgen de la creciente participación de esta oleaginosa en el mercado alimentario debido a sus bondades respecto de la salud y la nutrición humana. 
Históricamente, la Argentina ha sido un referente mundial en materia de girasol, tanto por sus volúmenes de producción como por el consumo de aceite por habitante y por su participación en el mercado internacional.
Con esos antecedentes y en una coyuntura difícil para esa cadena de valor, ASAGIR aspira a que el Congreso tenga un fuerte efecto dinamizador que permita recuperar el liderazgo que a la producción argentina de girasol le corresponde ocupar en el mundo.