“El cuello de botella está en los equipos pulverizadores”
Un relevamiento realizado en las principales regiones agrícolas argentinas muestra grandes problemas de funcionamiento de las pulverizadoras y deficiencias marcadas en las metodologías usadas en estos equipos. Paralelamente, las últimas campañas ofrecieron condiciones climáticas que favorecieron la presencia de enfermedades en los cereales de invierno.
Las buenas prácticas agrícolas alcanzan a todos los procesos involucrados en los sistemas de producción. La aplicación de productos fitosanitarios no escapa a ese marco. En A Todo Trigo, Luis Balestrini se refirió al tema indicando que “El gran cuello de botella se encuentra en los equipos pulverizadores”.
El especialista en tecnologías de aplicación de agroquímicos basó su presentación en los datos obtenidos de 306 equipos distribuidos por el país. Para realizar el diagnóstico y analizar soluciones propuso dividir a los equipos pulverizadores en tres grandes sectores, según sus funciones.
En primer lugar se refirió al sistema de abastecimiento, cuya función es lograr que el caldo que llegue al botalón del equipo sea el producto de una mezcla totalmente uniforme entre el fitosantario y el agua, y que se encuentre libre de contaminantes.
“El problema principal que encontramos en el sistema de distribución es el orden y el método usado en la carga del equipo, a lo que se agrega que actualmente existen un diversidad de formulados con sus diferentes especificaciones que debemos respetar para lograr un caldo de alta calidad. Nos encontramos con que el 60% de los pulverizadores no tienen sistema de agitación –explicó Balestrini-, por lo tanto no tenemos uniformidad de los caldos.
Otro problema es que el circuito de limpieza es inadecuado y además hay deficiencias metodológicas en esta etapa por lo que tenemos problemas de fitotoxicidad que generan contaminación”.
Balestrini identificó al segundo sector del equipo como el encargado de la distribución del producto sobre el cultivo. El objetivo es distribuir las gotas en forma homogénea logrando una correcta cobertura. “Para el control de esta función usamos las tarjetas hidrosensibles con las que medimos la cantidad de gotas por centímetro cuadrado –dijo el especialista-, pero no eso no basta porque también debemos asegurarnos que las gotas den en el blanco”.
“En el sistema de distribución encontramos que entre el 40 y el 50 % de los equipos tienen un muy mal mantenimiento, por lo tanto no se pueden lograr aplicaciones uniformes y se tienen subdosis o sobredosis”.
El tercer sistema del equipo pulverizador reúne a los componentes ligados a la información y control, “cuya función es chequear que todo esté funcionando en forma correcta”.
Manejo de enfermedades
Pablo Campos, que trabaja en los programas de mejoramiento de trigo, avena y cebada en el INTA, se encargó de realizar una actualización de las enfermedades que afectan al trigo, un aspecto clave que tiene gran incidencia en los rendimientos del cultivo.
El especialista mostró los datos de 2013 en adelante de un relevamiento que se realiza anualmente en el que se destaca la expansión geográfica de la roya del tallo que afecta al trigo.
Luego citó ejemplos que muestran, según los cultivares, los elevados porcentajes de pérdidas de rendimiento en los cultivos que no recibieron tratamientos con fungicidas.
Campos explicó que los inviernos de 2014 y 2015 se caracterizaron por temperaturas máximas elevadas y una alta frecuencia de lluvias y altas temperaturas mínimas, que son condiciones que favorecieron la aparición de enfermedades en los cereales de invierno.