Forrajes energéticos
Nuevos paradigmas para la confección de silajes
La jornada de Admite Forrajero destinada a la confección de silajes de alta calidad mostró el nuevo paquete tecnológico que permite obtener más kilos de materia seca y más energía por hectárea ensilada.
La maquinaria y los cultivares actuales permiten alcanzar esos objetivos.
“Ayer nos dedicamos a la proteína, hoy nos concentramos en la energía” dijo Pablo Cattani al iniciar la tercera jornada de Admite Forrajero, el entrenamiento que se realiza en Venado Tuerto y se extenderá hasta el viernes 14.
El día anterior, el especialista en forrajes conservados había desmenuzado todos los temas ligados a la henificación. Ahora, en cambio, dedicó toda la jornada a la obtención de silajes de alta calidad.
Para comprender los mecanismos que participan en esta modalidad forrajera, definió al silaje como un proceso de conservación químico, mediante el cual por acción de microorganismos y en ausencia de oxigeno se produce un descenso de pH, inhibiendo los procesos de oxidación y descomposición del forraje.
“De esta forma –explicó Cattani-, los azúcares de la planta se transforman en un ácido que ayuda a la conservación y que además provee energía a través del rumen. Por eso no sólo tenemos energía del grano del silo, sino que también es aportada por la fibra ya que tiene ácido”.
La primera recomendación de Cattani y sobre la que giraron el resto de sus sugerencias durante la jornada fue “Tenemos que demorar el momento de picado, de esta manera incrementamos los índices energéticos y aumentamos el porcentaje de materia seca total de las raciones ayudando a una mejor amortización del costo de los silajes”.
Para ello se debe tener como base que la confección de los silos se debe iniciar con el 35 % de materia seca, teniendo en cuenta la necesidad de usar procesadores de granos en las máquinas picadoras”.
Otros de los aspectos que sumó Cattani al nuevo paquete tecnológico disponible para hacer silajes es la corrección de la altura de corte, recomendando que sea del orden de los 50 centímetros o “altura de la rodilla”. De esta forma, se trata de evitar que se incorpore al silo la porción de la planta que contiene los mayores contenidos de agua y de fibra, considerando que la parte basal de las plantas de maíz contienen hasta un 80% de FDN (Fibra Detergente Neutro), que deprime el consumo de ese forraje.
Explicó que un método práctico para verificar la altura en la que la fibra comienza a disminuir es golpear con el filo de un cuchillo el tallo de los maíces desde abajo hacia arriba a diferentes alturas y determinar cuándo ese filo se introduce con facilidad en los tallos, indicando que el nivel de fibra ha disminuido.
Otro factor a considerar es que la primera hoja y la porción basal del tallo están muy contaminados con tierra y si quedan en el material cosechado se estará incorporando tierra al silo, con el riesgo de favorecer una fermentación indeseable de tipo butírica, a la vez que se acelera el desgaste de la maquinaria.
Al referirse a la tarea de picado de las plantas a ensilar, dijo que “es más importante la uniformidad que el largo de picado, ya que se estará facilitando el llenado y compactado del silo y el logro de una rápida anaerobiosis con el consiguiente aprovechamiento de todos los nutrientes disponibles en los cultivos energéticos, como maíz y sorgo”.
¿Qué ensilar?
Cattani recomendó sembrar materiales con excelente capacidad de “Stay Green”, que es la característica que le permite a la planta permanecer verde con buenas condiciones para ser fermentadas, pero con el grano maduro, concentrando la energía necesaria para alcanzar los niveles de energía y producción deseada.
Además, los cultivares usados deben ofrecer altos rendimientos de granos y la forma de estos tiene que facilitar el quebrado, como es el caso de los granos largos, para favorecer el aprovechamiento y la absorción de le energía aportada por el almidón a nivel ruminal. Al respecto, recomendó elegir maíces dentados “que son más fáciles de partir que los colorados duros”.
El técnico también explicó que se deben buscar cultivares que tengan una muy buena digestibilidad de la fibra, para no afectar la calidad total por el avanzado estado fenológico al momento del picado y para tener un material aceptable en los años que el rendimiento de grano se ve afectado por condiciones climáticas.
Para graficar la importancia de la digestibilidad de las distintas partes de la planta, Cattani remarcó que 1 kilo de hoja aporta 450 gramos de sustrato degradable en el rumen y 1 kilo de tallo aporta 300 gramos, mientras que por kilo de grano aumenta casi 900 gramos.
Tipos de almacenaje
Al analizar los cuidados que se deben tener en los distintos tipos de silo, destacó la importancia de dimensionar los silos aéreos considerando que la extracción diaria no debe superar los 30 a 40 centímetros de la superficie expuesta. Para la operación de la embolsadora enfatizó que se debe maximizar el uso eficiente de las bolsas y durabilidad de las mismas, e indicó que no se debe sobreestirar ni subestirar y lograr un llenado uniforme que aseguren las condiciones de anaerobiosis para una correcta fermentación láctica.