El Campo bajo presión
La realidad tributaria en la Argentina y sus efectos
en el agro se analizaron hoy en la Exposición Rural, en una mesa de la que
participaron Ricardo Negri, responsable de Investigación y Desarrollo de
AACREA; Marcelo Capello y Juan Garzón del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina
y Latinoamericana (IERAL); y Ernesto Ambrosetti, del Instituto de Estudios
Económicos de la
Sociedad Rural Argentina.
Según el trabajo presentado por Negri, la presión tributaria
sumada a los descuentos comerciales que soporta un campo tipo de Pehuajó se
llevan el 84% del resultado económico de un año promedio. Sin embargo, en el
caso de las explotaciones en campo arrendado, la presión tributaria podría
superar el 120%.
Por eso, Negri expresó: “Para los productores, la presión
fiscal no es algo nuevo, pero los últimos aumentos de los impuestos
inmobiliarios, y de las valuaciones fiscales fueron la gota que rebalsó el
vaso”.
De acuerdo a los cálculos de Aacrea, del total de impuestos
cobrados, el 93% es recaudado por el Estado nacional, el 5% por la provincia de
Buenos Aires y sólo un 2% queda en los municipios.
Luego del impuestazo de la provincia de Buenos Aires,
durante el ejercicio 2012 las valuaciones fiscales aumentarán en promedio un
562%, pero hay partidos que registran aumentos de más del 1000%. Si se mide por
cantidad de hectáreas, los productores más afectados son aquellos en el rango
de explotaciones más chicas. “El aumento del impuesto inmobiliario rural y la
suba de las valuaciones fiscales presenta un sesgo hacia los estratos de
producción de entre 100 y 500
hectáreas, cuyo impacto impositivo puede hasta duplicar
el del resto de los estratos”, dijo Ambrosetti, y agregó: “La medida extrae del
sector más de $ 2.820 millones adicionales, un millón de toneladas de urea, o
más de 7.400 tractores.”
Si se mide la presión fiscal en días de trabajo, cualquier
productor medio de la provincia de Buenos Aires debe trabajar hasta el día 280,
día en que recién comienza a trabajar para si mismo.
‘Nos enfrentamos al monstruo de los impuestos y la voracidad
fiscal no terminó, porque las provincias siguen necesitando recursos’, alertó
Ambrosetti.En esa dirección advirtieron que Buenos Aires, Santa Fe (aún no
definió el aumento) y Entre Ríos, son los ejemplos conocidos, pero San Luis
también estaría por lanzar una reforma tributaria. ‘Esto se va desparramando y
el único perjudicado es el productor agropecuario’, sentenció el economista de la SRA.