Optimizar forrajes
La correcta conservación evita pérdidas hasta del 40%
Ante la presencia de un clima variable, especialistas del INTA, explican cómo ser eficientes más allá de los imprevistos. Este será uno de los temas que se profundizarán el 10 y 11 de abril en Manfredi –Córdoba–.
Pocas cosas varían tanto como el clima. Los excesos y déficit hídricos, a menudo coinciden en una misma campaña, requieren que los productores sean flexibles para adaptarse al cambio y modifiquen sus estrategias según el contexto. Para Marcelo de León, especialista del INTA Manfredi, la alta variabilidad climática plantea un nuevo escenario que exige un uso eficiente y planificado de los forrajes.
Un mal manejo en la conservación puede generar pérdidas de hasta un 40% de la biomasa.
De acuerdo con De León, todos los forrajes son potencialmente conservables, aunque advirtió que hacerlo es una tarea compleja debido a que un mal manejo puede generar grandes pérdidas.
En este sentido, especialistas nacionales y extranjeros se reunirán el 10 y 11 de abril, en el INTA Manfredi, en la 4° jornada nacional de forrajes conservados para analizar las estrategias más adecuadas para una producción con alta calidad.
En esta línea, De León explicó que la conservación es una herramienta que permite complementar a los sistemas pastoriles y, ante eventos climáticos adversos, mejorar la situación. “Así, la empresa ganadera tendrá mayor estabilidad y seguridad, al tiempo que reduce drásticamente los riesgos e imprevistos”.
Pero es “fundamental” planificar la utilización de los forrajes, lo que implica cuantificar el consumo requerido –de acuerdo a la carga animal y la respuesta individual– y prever el modo de afrontar esas necesidades. Aún así, se requerirá de un monitoreo permanente para poder realizar ajustes y adecuar la oferta a los requerimientos nutricionales de los animales.
“Si el ganadero proyecta, el riesgo se minimiza”, aseguró el técnico del INTA. Asimismo, destacó la importancia de capacitarse para evitar errores y aplicar tecnologías para una ganadería de precisión, ya que permiten aumentar la producción, mejorar la eficiencia productiva y contribuir a la sustentabilidad.
Una vez realizada la correcta planificación, el primer paso para intensificar la actividad ganadera es generar la mayor cantidad y calidad de forraje posible.
“Con el uso apropiado de las tecnologías disponibles, el ganadero debe convertirse en un buen productor de pasto”, aseguró De León quien agregó: la calidad nutricional y el rendimiento de la materia seca dependerán de las tecnologías aplicadas durante todo el proceso –elección del germoplasma, siembra, picado y almacenaje–.