jueves, 30 de julio de 2015

Buenas prácticas para garantizar la
sostenibilidad de la producción de alimentos 
En el ciclo de charlas técnicas del Centro de Capacitación y Negocios del Agro, se hizo hincapié en las buenas prácticas para garantizar la sostenibilidad de la producción de alimentos. 
En el marco de diferentes charlas realizadas del Centro de Capacitación y Negocios del Agro hubo un panel de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa), a cargo de los ingenieros agrónomos y miembros de Aapresid Regional 25 de Mayo, Ignacio Garciarena y Mario Botti. 
“Si queremos tener alimentos debemos, necesariamente, cuidar el suelo para que siga siendo productivo”, dijo Garciarena, en ese sentido, destacó las bondades de la siembra directa. Mientras que Botti explicó que con la siembra directa, “en tres años es posible que se regenere el suelo y lo estéril se convierta en fértil”. 
En la siembra directa el suelo cubierto permite que el agua se disemine sobre el rastrojo y, de esa forma, no se rompe la estructura superficial del suelo. Otra de las prácticas recomendadas para garantizar la sostenibilidad de la producción de alimentos es el manejo integrado de control de plagas animales y vegetales, recurriendo a un diagnóstico adecuado para no aplicar un agroquímico cuando no es necesario. 
“Los fitosanitarios no pueden ser la respuesta a todo”, sostuvo Garciarena. Otro tópico elemental es la nutrición balanceada que indica devolver al suelo lo que el cultivo se lleva, es decir analizar cuál es el consumo de nutrientes que los cultivos le demandan al suelo y luego retribuirlos. Según los especialistas, también hay que tener en cuenta el manejo responsable de los agroquímicos, ya sean los de uso agrícola, los de jardinería y los de uso corriente en el hogar. Aquí entran en juego las buenas prácticas en la aplicación de fitosanitarios. Utilización de residuos de feedlots En línea con la sostenibilidad del sistema de producción de alimentos está la utilización de residuos de feedlots. 
Sobre el tema expuso el Ingeniero Agrónomo Eduardo Meroño. Debido a que los volúmenes de compost en los feedlots son enormes (de acuerdo al estudio del investigador del INTA, Anibal Pordomingo, un feedlot de 5000 cabezas puede producir entre 6000 y 9000 toneladas de estiércol anualmente), Meroño reconoció que hoy la posibilidad de generar energía de dichos residuos tiene, más que nada, un uso ambiental. 
El especialista explicó que la biodigestión anaeróbica produce biogás a través de bacterias metanogénicas. En el caso de los proyectos energéticos, debe utilizarse el estiércol seco, húmedo y efluentes. Se trata de energía renovable que reduce el efecto invernadero porque es amigable con el medioambiente y luego de la combustión, genera energía calórica.
Otro uso que se le puede dar a los residuos de feedlots es el de compostaje y producir césped en el propio establecimiento, de esa manera se repone la capa de materia orgánica. Para ello, Meroño recomendó disponer ese compost en hileras, en sitios elevados, sin cercanía de napas de agua. 
Por último, el expositor reconoció que probablemente en el futuro existan mayores oportunidades para este tipo de energía, en la medida que se quiten los subsidios energéticos. Hoy, para el productor no rinde en términos económicos pero en algún momento puede llegar a revertirse esta tendencia.