viernes, 4 de julio de 2014

Comunicado de la SRA 
Los costos siguen en aumento,
la rentabilidad en caída 
Durante el último año el valor del gasoil, insumo estratégico para el campo, aumentó más del 100%, dando por tierra cualquier estimación de la inflación. Esto quiere decir que aumentarán todos los costos de producción, comercialización y transporte, deteriorándose aún más nuestra competitividad y la rentabilidad de los productores rurales, especialmente de aquellos que se encuentren más alejados de los grandes centros de consumo y de los puertos. 
Sólo para la campaña de granos 2014/2015 se requerirán aproximadamente 10.000 millones de pesos adicionales. En este momento, en que se está sembrando trigo, el productor necesitará 25 kilos más de este cereal -con respecto a la siembra anterior- para comprar un litro de gasoil. 
La inflación, la asfixiante presión impositiva que recae sobre el campo y las trabas a la comercialización generan una caída de la competitividad que lo pone en desventaja frente a los países competidores. Mientras que el productor de trigo en Uruguay -que no tiene retenciones- paga el gasoil a USD 1,73, al productor de trigo argentino le cuesta 2,07 dólares agropecuarios -o sea, el precio del dólar menos las retenciones-. 
Para el productor de soja, con un nivel de retenciones del 35%, la diferencia se profundiza y el litro de gasoil le termina costando 2,40 dólares agropecuarios, es decir, un 40% más que en Uruguay. 
El campo demanda anualmente alrededor de 3.000 millones de litros de gasoil. Se trata de un insumo estratégico, cuyo continuo aumento y elevado componente impositivo en el precio (más del 50%) impactan en todos los costos de producción, cosecha, acondicionamiento y transporte de los bienes producidos. Además impulsa el precio de los alimentos al consumidor, debido a que su transporte se realiza utilizando este combustible.