El termómetro del campo
El índice FADA cayó al 66,3%
La participación del Estado en la renta agrícola bajó 30 puntos porcentuales, de 94,1% de la medición anterior, quedó ahora en el 66,3% .
Los recientes cambios en la política económica y agropecuaria generaron impactos positivos en la producción agrícola. Se mejoró el tipo de cambio real y se eliminaron los derechos de exportación para todos los productos agropecuarios a excepción de la cadena de la soja.
La eliminación/reducción de los derechos de exportación que pasaron del 35% al 30% para la soja, del 20% a 0% para el maíz y del 23% a 0% para el trigo; y la consiguiente mejora de precios incrementaron la renta agrícola y redujeron la participación del Estado sobre la misma, que pasó del 94,1% en septiembre a 66,3% en diciembre de 2015.
Cabe aclarar que el valor de septiembre había sido récord desde el comienzo de esta medición en 2007. Para diciembre de 2014 el índice FADA marcó un 83,4%, para el mismo mes de 2013 73,6% y de 2007 71,6%. Por lo que 66,3% no se aleja mucho del promedio de años anteriores, donde había mejores precios y un tipo de cambio real mayor.
Por el atraso cambiario todos los sectores exportadores venían complicados a raíz de la inflación de costos, lo que disminuyó la competitividad externa. Pero además, la producción agropecuaria tenía derechos de exportación. Éstos se habían aplicado en un momento de precios internacionales y tipo de cambio real altos. Al bajar los precios y el tipo de cambio real, gran parte de la producción agropecuaria pampeana y de las economías regionales estaba sufriendo un grave problema de rentabilidad.
Si bien en los últimos 12 meses los precios internacionales de los commodities agrícolas disminuyeron cerca de un 20% (soja 23%, maíz 18,5% y trigo 24%), la devaluación anual del 66% (el dólar pasó de 8,50 a 14,20) y la eliminación/reducción de los derechos de exportación generaron un impacto neto positivo en los precios en pesos. La soja aumentó un 49% en los últimos 3 meses, el trigo un 67% y el maíz un 125%.
El aumento del precio del maíz se explica no sólo por el efecto de los derechos de exportación sino de las restricciones a la exportación. El maíz, al igual que el trigo, la leche y la carne, todavía está afectado por restricciones a la exportación (los famosos ROE). Sin embargo, con el cambio de gobierno se han levantado las restricciones a pesar de persistir el sistema. Estas restricciones o cuotas generaban una depresión del precio interno cercano al 20%, igual que los derechos de exportación, por lo que la virtual eliminación generó un doble impacto en el precio.
Para analizar el efecto de estas medidas en el interior del país, tomemos como ejemplo el Departamento Río Cuarto. Allí se cosecharon 2.100.000 toneladas de maíz en el 2015. El aumento de precio disponible del maíz en los últimos 3 meses genera un ingreso extra por cosecha de $2.400 millones de pesos, el doble del presupuesto de la Municipalidad de Río Cuarto, la ciudad más grande de la región.
El trigo recuperó su precio pero no en la magnitud del maíz, aún se encuentra a $500 de su precio potencial. Las razones que se pueden esbozar son dos: la estacionalidad, mayor oferta que demanda; y el no tener certeza sobre la eliminación de los ROE.
Estos nuevos ingresos hacia el interior del país dinamizan estas regiones y genera empleos. Pero también tiene un importante efecto sobre la rotación de cultivos, un ingrediente principal para la sustentabilidad agrícola y el mantenimiento de la calidad de los suelos. Cultivos como el maíz y el trigo reponen materia orgánica al suelo, condición necesaria para mantener su productividad y mantener “vivo” al suelo.
¿Cómo se calcula el índice FADA?
Que el Estado participe del 66,3% de la renta agrícola significa que la sumatoria de los tributos (provinciales y nacionales, incluidos los derechos de exportación a la soja) representan $66,30 de cada $100 que genera de renta una hectárea promedio en Argentina.
La renta es lo que vale la producción menos los costos, enotras palabras, el resultado que se obtiene al restarle los costos de producción, comercialización y transporte al valor de la producción a precios internacionales. La producción y costos de la hectárease calculan utilizando los rindes, costos y distancias al puerto promedio a nivel nacional para los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol y ponderando los por la participación de estos cultivos en el área sembrada nacional.
Así, se obtiene la renta, la que se distribuye en el resultado de la producción después de impuestos, la renta de la tierra y la participación del Estado.
La reducción de la participación del Estado con respecto al 94,1% de septiembre de 2015 se debe a la combinación de políticas como la eliminación de los derechos de exportación, el levantamiento de cepo cambiario y la virtual eliminación de los ROE.
La eliminación/reducción de los derechos de exportación que pasaron del 35% al 30% para la soja, del 20% a 0% para el maíz y del 23% a 0% para el trigo; y la consiguiente mejora de precios incrementaron la renta agrícola y redujeron la participación del Estado sobre la misma, que pasó del 94,1% en septiembre a 66,3% en diciembre de 2015.
Cabe aclarar que el valor de septiembre había sido récord desde el comienzo de esta medición en 2007. Para diciembre de 2014 el índice FADA marcó un 83,4%, para el mismo mes de 2013 73,6% y de 2007 71,6%. Por lo que 66,3% no se aleja mucho del promedio de años anteriores, donde había mejores precios y un tipo de cambio real mayor.
Por el atraso cambiario todos los sectores exportadores venían complicados a raíz de la inflación de costos, lo que disminuyó la competitividad externa. Pero además, la producción agropecuaria tenía derechos de exportación. Éstos se habían aplicado en un momento de precios internacionales y tipo de cambio real altos. Al bajar los precios y el tipo de cambio real, gran parte de la producción agropecuaria pampeana y de las economías regionales estaba sufriendo un grave problema de rentabilidad.
Si bien en los últimos 12 meses los precios internacionales de los commodities agrícolas disminuyeron cerca de un 20% (soja 23%, maíz 18,5% y trigo 24%), la devaluación anual del 66% (el dólar pasó de 8,50 a 14,20) y la eliminación/reducción de los derechos de exportación generaron un impacto neto positivo en los precios en pesos. La soja aumentó un 49% en los últimos 3 meses, el trigo un 67% y el maíz un 125%.
El aumento del precio del maíz se explica no sólo por el efecto de los derechos de exportación sino de las restricciones a la exportación. El maíz, al igual que el trigo, la leche y la carne, todavía está afectado por restricciones a la exportación (los famosos ROE). Sin embargo, con el cambio de gobierno se han levantado las restricciones a pesar de persistir el sistema. Estas restricciones o cuotas generaban una depresión del precio interno cercano al 20%, igual que los derechos de exportación, por lo que la virtual eliminación generó un doble impacto en el precio.
Para analizar el efecto de estas medidas en el interior del país, tomemos como ejemplo el Departamento Río Cuarto. Allí se cosecharon 2.100.000 toneladas de maíz en el 2015. El aumento de precio disponible del maíz en los últimos 3 meses genera un ingreso extra por cosecha de $2.400 millones de pesos, el doble del presupuesto de la Municipalidad de Río Cuarto, la ciudad más grande de la región.
El trigo recuperó su precio pero no en la magnitud del maíz, aún se encuentra a $500 de su precio potencial. Las razones que se pueden esbozar son dos: la estacionalidad, mayor oferta que demanda; y el no tener certeza sobre la eliminación de los ROE.
Estos nuevos ingresos hacia el interior del país dinamizan estas regiones y genera empleos. Pero también tiene un importante efecto sobre la rotación de cultivos, un ingrediente principal para la sustentabilidad agrícola y el mantenimiento de la calidad de los suelos. Cultivos como el maíz y el trigo reponen materia orgánica al suelo, condición necesaria para mantener su productividad y mantener “vivo” al suelo.
¿Cómo se calcula el índice FADA?
Que el Estado participe del 66,3% de la renta agrícola significa que la sumatoria de los tributos (provinciales y nacionales, incluidos los derechos de exportación a la soja) representan $66,30 de cada $100 que genera de renta una hectárea promedio en Argentina.
La renta es lo que vale la producción menos los costos, enotras palabras, el resultado que se obtiene al restarle los costos de producción, comercialización y transporte al valor de la producción a precios internacionales. La producción y costos de la hectárease calculan utilizando los rindes, costos y distancias al puerto promedio a nivel nacional para los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol y ponderando los por la participación de estos cultivos en el área sembrada nacional.
Así, se obtiene la renta, la que se distribuye en el resultado de la producción después de impuestos, la renta de la tierra y la participación del Estado.
La reducción de la participación del Estado con respecto al 94,1% de septiembre de 2015 se debe a la combinación de políticas como la eliminación de los derechos de exportación, el levantamiento de cepo cambiario y la virtual eliminación de los ROE.