La paradoja de los precios
Fuerte suba de los reproductores en esta temporada de remates de cabañas contrasta con una seguidilla de bajas de la hacienda de consumo y con una exportación que aún no se ha recuperado. Que pasará con los valores del ternero y del gordo de cara al 2017?
Opinan Juan Pedro Colombo y Juan Elizade.
“Los precios de los reproductores han mostrado mejoras del 50, 60 y hasta el 70%, con respecto al año anterior, comparando el valor del toro con el del kilo de ternero de cada momento”, dijo Juan Pedro Colombo, martillero de Colombo y Magliano, una de las principales casas consignatarias del país, haciendo un balance de esta temporada de remates de cabañas, finalizada hace un par de semanas. Y argumentó que “la cría tiene expectativas favorables y el ternero se estuvo vendiendo todo el año con buenos valores, por eso el productor se volcó a la genética, además de pasturas y mejoras”. Según el consignatario, la temporada arrancó en la pampa húmeda “con valores mucho más elevados de lo que se pensaba. En el norte también se inició muy bien, pero no con tanta diferencia con respecto al año pasado, aunque luego se fue afirmando con el correr de los meses. Por eso, en este ciclo se equiparó bastante el precio de los reproductores entre ambas regiones”.
Para Colombo, esto ocurrió porque “en el sur hubo una mayor retención y con ello la demanda de toros fue más alta. Además, mucha gente que se había volcado a la agricultura, lentamente incorpora campos bajos y alguna pastura a la cría; no son grandes rodeos, cuando uno va por la ruta ve por todos lados lotes de 40, 50 ó 100 vacas”.
En tanto, en el norte, la agricultura presentó dificultades y ello repercutió en la ganadería. “Cuando los productores tienen una buena cosecha, vuelcan esta mejora en hacienda. Como los últimos años no fueron tan buenos, la retención no fue de la magnitud de la del sur”, afirmó.
Algo llamativo es que estas subas de la genética no se vieron acompañadas por el valor del gordo. “En los últimos meses, la exportación ha perdido poder de compra por bajas en las cotizaciones internacionales y falta de competitividad local, con un dólar planchado. El consumo venía absorbiendo gran parte de la mercadería pero, desde hace un tiempo, la demanda está bastante fatigada. Por eso, los precios están muy tranquilos. Normalmente, en diciembre, hay una demanda extra por las fiestas pero en esta oportunidad no está tan activa. El mercado interno tiene un techo muy marcado, hay que poner las fichas en la exportación”, aseguró.
Otra variable que acentuó la baja de la hacienda para faena a fin de año, fue el clima. “Tuvimos un principio de invierno muy lluvioso y se demoró la salida de los feedlots, que habitualmente se da en agosto, septiembre y algo en octubre. Entonces, hubo menos oferta en esos meses, que se volcó más adelante”.
En síntesis, “la expectativa del sector es buena a largo plazo, y eso se refleja en los precios de la genética. Además, la cantidad de toros controlados que se utiliza en el país es baja. Sólo el 20 a 25% de los vientres que se entoran lo hacen con reproductores con algún tipo de registro. Para la próxima temporada los precios seguirán elevados”, pronosticó. Pero advirtió que “la ganadería no se puede aislar de la economía en general, de cómo se está ahora, hay retracción y eso afecto todo”.
El gordo
Para Juan Elizalde, del estudio Elizalde & Riffel, la caída las cotizaciones actuales de la hacienda se enmarca en las variaciones estacionales de la oferta y la demanda que se han acentuado en los últimos años. “En estos meses, estamos en el nivel de precios relativos más bajo del año. Si uno ve los valores de Liniers nota que empiezan a declinar desde mediados de septiembre, la tendencia se consolida en octubre, continúa en noviembre y, hoy, acumulamos una retracción del 15% con respecto a agosto”, afirmó.
Las causas que llevaron a estos movimientos cíclicos son, entre otras, los cambios en los sistemas de producción del país. “De invernadas largas, pastoriles, que aportaban muchos novillos a la salida del verano, con la pérdida de superficie forrajera, se pasó a corrales de engorde sin recría previa. Estos sistemas proveen animales livianos en poco tiempo, facilitando la operaciones con poco dinero disponible, pero la salida se concentra a fines de la primavera”, explicó. Y agregó que, a su vez, ahora, “hay menos demanda de carne al mostrador que lo habitual para esta época del año, dada la reducción del poder adquisitivo del consumidor”.
Elizalde piensa que la duración de los precios bajos va a depender del vaciado de los corrales, que varía entre años. “Es muy probable que esta oferta se termine a mediados de enero y, ahí, comenzaría una recomposición de precios por escasez que podría consolidarse a mediados de febrero”, pronosticó.
Para predecir en cuánto se recuperarán los valores, el estudio Elizalde & Riffel se basa en registros comparativos de los precios del primer y segundo semestre realizados durante los últimos ocho años. “Por ejemplo, en marzo-abril, considerando el promedio de la serie, el gordo se vende un 34% más caro que en octubre- noviembre, con una variabilidad interanual del 12 al 80%”, indicó. Así las cosas, alertó que “esta vez, no se prevén grandes aumentos no sólo por lo acotado del poder adquisitivo, sino porque seguimos teniendo una inflación alta y es probable que el atraso cambiario se acentúe. Entonces, en el primer semestre de 2017, podría darse una suba menor al promedio, que sería del 15-20%. La duda es como jugará el “blanqueo” de la faena si es que se aplica”.
El ternero
En cuanto a la invernada, el especialista señaló que “en esta temporada, hay pocos terneros frente a una demanda algo mayor ya que muchos productores no pudieron recomponer su cadena forrajera después de las inundaciones; y como ahora tienen pasto, salen a comprar. Esto hizo que el precio haya subido mucho aumentando la brecha con el gordo”. En ese sentido, aclaró que “desde hace 25 años, el ternero es más caro en primavera. Pero, con los cambios en los sistemas productivos, el animal terminado pasó a tener un valor más bajo, lo cual explica la relación compra-venta más elevada”.
De cara a 2017, Elizalde anticipó que el ternero volverá a subir cuando ocurra un nuevo aumento del gordo. “Se ubicará de modo tal de acomodar una compra-venta que estará dentro del promedio histórico de la serie para el primer semestre del año”, finalizó.
Por Liliana Rosenstein | www.valorcarne.com.ar - Editora de Valor Carne