martes, 16 de julio de 2013

Deprimir el precio de la carne vacuna
impide el desarrollo avícola y porcino
Para Miguel Schiariti, Presidente de Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), existe una "política antiganadera" que si se sostiene en el tiempo "generará cierres de fábricas y despido de personal". 
En una editorial anterior decíamos que la política de ganados y carne sostenida por el Ejecutivo Nacional en el último año y medio, concentrada en sostener en el tiempo un tipo de cambio no competitivo para nuestro sector con el objetivo de disminuir las exportaciones para volcar al consumo interno la casi totalidad de la carne producida, va camino a generar los mismos problemas que ya se provocaron con la cadena triguera. 
De continuarse en el tiempo, nos encontraremos primero con una nueva liquidación de stocks y luego con el desabastecimiento interno y fuerte caída del consumo, como ya ocurrió en 2010. 
El sostenimiento de esta política antiganadera pone de manifiesto la falta de conocimiento que tienen los funcionarios responsables sobre el sector agropecuario y las cadenas de comercialización cárnicas, dado que al deprimir intencionalmente el precio del ganado bovino, impiden el desarrollo de las cadenas avícola y porcina, generando gravísimas pérdidas económicas y en ocupación de mano de obra. 
Para decirlo de otra manera: deprimir artificialmente el precio de la carne vacuna no sólo perjudica al sector bovino, sino que también impide el desarrollo de la avicultura y de la porcicultura. Esto tiene un agravante y es que cuando el precio de la carne vacuna vuelva a aumentar de manera desproporcionada, los productores de las carnes sustitutas no estarán en condiciones de abastecer el aumento brusco de la demanda que el aumento del precio de la carne vacuna generará para sus productos, recalentando también los precios de los productos sustitutos. 
Lo dicho en los párrafos precedentes tiene la misma validez del mes pasado, con el agravante de que cada nuevo mes en el que se sostiene la actual política debilita un poco más a cada uno de los eslabones de la cadena de ganados y carnes preanunciando una nueva crisis sectorial, la que juntamente con la nueva liquidación ganadera generará nuevos cierres de fábricas y despidos de personal. (NAP)