sábado, 13 de julio de 2013

Por Ignacio Iriarte (*)
Menor escala y peso de faena
Un consultor internacional, que visitó el país, quedó asombrado por la baja escala del sector frigorífico, clave para reducir los costos. 
Mientras las plantas frigoríficas en Estados Unidos son cada vez más grandes –un especialista sostuvo hace poco que ya no se construirán plantas que faenen y procesen menos de seis mil animales por día–, en la Argentina actualmente hay sólo tres plantas que matan algo más de mil cabezas diarias.  El grueso de las plantas importantes restantes faenan unas 400-600 cabezas por día. 
Un consultor de la industria frigorífica a nivel internacional, de visita en nuestro país, manifestó hace unas semanas su asombro ante las características del sector en la Argentina. Le pareció una industria muy falta de escala –clave hoy en día en este negocio de márgenes tan reducidos–, pero le impresionó muy positivamente el nivel higiénico-sanitario y las normas de procedimiento de todas las plantas que visitó. 
Repitió un dicho que ya habíamos escuchado alguna vez sobre las plantas exportadoras argentinas: “Las plantas parecen hospitales, y los despostadores parecen cirujanos”. Le causó estupor enterarse que la mayor parte de la faena de una planta que visitó corría por cuenta de matarifes, de otros frigoríficos (ciclo 2), de supermercados y hasta de grupos de productores (Hilton). 
El dueño de una de las industrias, en este caso consumieras, le explicó la figura de la faena “a caballito”, con los “papeles de la casa”, y allí el consultor colmó su capacidad de asombro. 
Peso de faena
Le parecieron muy chicos los animales que se faenan. “Es asombroso que maten terneros tan chicos con tan buena genética británica como tienen, de razas de carne, con un potencial de crecimiento enorme”. (Nota de la Redacción: el peso medio por animal faenado, que en la Argentina pasó de 233 kilos en julio de 2011 a unos 219 kilos en abril último, en Estados Unidos es de 330 kilos por cabeza). 
Contó además que en Estados Unidos los ganaderos están divididos al opinar sobre el fenómeno de la concentración en la industria. “Siempre nos hemos opuesto a la concentración, pero ahora vemos que la industria frigorífica excedida en su capacidad de faena y necesitando altísimos volúmenes de matanza diaria para lograr el punto de equilibrio en cada planta, compiten entre sí por la hacienda y no tiene margen alguno para concertar ni para ponerle precio al novillo. 
En los últimos años, y como consecuencia de esta sobreinversión y de la caída del stock en los Estados Unidos, es más el tiempo que la industria pierde plata que los períodos en que gana. 
Además, se han encontrado con un enemigo mucho más formidable que los ganaderos, que es el supermercadismo: les fija el precio de la carne casi con independencia de lo que los frigoríficos pagan el novillo. Una empresa frigorífica, por grande que sea, carece de poder de negociación frente a una cadena de hipermercados de 3.400 bocas, cuyo objetivo es vender al precio más bajo posible, y a la cual no se le puede dejar de vender”. 
Recomposición del stock
En una entrega anterior destacábamos los datos recientes del Senasa, según los cuales a marzo último las existencias ganaderas se ubicaban en los 50,9 millones de cabezas, 1,07 millones de cabezas más que un año atrás. Según estos registros, entre marzo de 2011 y marzo de 2013, el stock habría recuperado 2,97 millones de cabezas, de los 9,6 millones perdidos de 2008 al 2011. 
(*) Analista del mercado ganadero y de carnes (fyo)