Duro discurso de Etchevehere
El Presidente de la Sociedad Rural Argentina dejó inaugurada la 127º Exposición de Ganadería, Agicultura e Industria Internacional de Palermo.
Con duros conceptos hacia el gobierno, Luis Miguel Etchevehere dejó inaugurada la tradicional muestra. Los dichos fueron aprobados por el público presente con permanentes aplausos desde las colmadas tribunas en una jornada a pleno sol y repleta de gente.
Con los Grandes Campeones en pista y tras el Himno Nacional Argentino interpretado por Luciano Pereyra dió comienzo el Acto de Apertura.
Aquí les detallamos el discurso del ruralista.
Ocurrió hace apenas
4 o 5 años.
El locutor
anunció su presencia,
así como
el locutor acaba de anunciarme a mi.
Se acercó
al micrófono…..
Así como
yo lo hice en este instante….
Miró al
público así como yo los estoy
mirando a ustedes.
Y sin temor, les
prometió a los argentinos que, en tres
años más, podríamos viajar en
un tren bala desde Buenos Aires a Rosario,
y de allí
a Córdoba a más de 300
kilómetros por hora.
El anuncio
ocurrió en enero de 2008 y hasta
daría risa recordarlo,
si no fuera por
tantos muertos y heridos inocentes,
víctimas
de la corrupción y la
ineptitud….
Era una mentira
más de un relato que lo ha falseado todo.
Mienten….
Desde los
índices económicos,
hasta el
pensamiento de nuestros
próceres…
Mienten, desde
los antecedentes profesionales,
hasta la
declaraciones juradas de los
funcionarios.
Mienten.
Día tras día mienten.
Y así van
construyendo un interminable rosario,
de anuncios
incumplidos, de datos falsos y de enemigos
inexistentes..
El único
problema es que, inexorablemente, la realidad
aparece frente a nuestras narices todos los
días, y esto es un insalvable escollo del
relato oficial.
Señoras
Señores
Productores y
trabajadores del campo argentino...
La única
verdad es la realidad…. como
decía…
Aristóteles.
Y la realidad es
muy diferente a los anuncios oficiales, que
pretenden sostener un modelo que ha fracasado, y
elogiar una gestión caracterizada por la
corrupción y la ineficiencia.
Por eso..:
mienten.
Mienten sobre temas tan
graves y sensibles como la pobreza
y la indigencia.
Ocultan la verdad alterando los índices,
que determinan que estos flagelos han crecido.
Sí, hay más pobres e indigentes, en
este país que podría alimentar al
mundo.
Mienten cuando anuncian
progresos y mayor inclusión en la
educación argentina.
Las escuelas
estatales reciben cada vez a menos chicos.
Mienten cuando hablan de
democratizar la justicia. Lo que quieren
es, violando a la
Constitución, condicionar a la Corte
Suprema,
nombrar Jueces sumisos y
militantes de la causa, que hagan la vista gorda.
mientras ellos pesan los bolsos repletos de
billetes.
Buscan someter a su
voluntad al Poder Judicial, no sea cosa que, en 2015,
alguno termine preso.
Mienten
tergiversando nuestra historia, mienten con
nuestros próceres, distorsionado las ideas
y el pensamiento de aquellos hombres que fueron un
modelo y un ejemplo de esta Nación. Y
además, se gastan nuestro dinero moviendo
estatuas, como si pudieran con eso modificar el
pasado.
Mienten sin cesar cuando
hablan de los que menos tienen, y subsidian y
benefician a los que más tienen.
Y a los que
tienen plata negra escondida, les perdonan sus
obligaciones fiscales.
Pero a los que
todos los días se levantan a la cinco para
ir a ganarse el sueldo con su trabajo, les hacen
pagar exagerado impuesto a las ganancias.
Mienten a través de
un colosal aparato propagandístico
integrado por agencias de noticias, diarios,
revistas, radios, canales de televisión,
espectáculos artísticos, ferias,
exposiciones y eventos, financiados y subsidiados
con nuestro dinero. Descomunales y descontrolados
presupuestos, destinados a exaltar los presuntos
éxitos del modelo
y de la
gestión de estos años, a los que
denominan la década ganada.
Permítanme
recordar algunas circunstancias de esta,
la década
-entre comillas- ganada:
Estos años
fueron un tiempo donde casi todos los
países de América Latina
multiplicaron la inversión, llegada del
extranjero.
Casi todos, salvo la
Argentina, que no solo quedó al margen de
este ingreso de divisas, sino que sufrió
una fuga de capitales record:
más de 85
mil millones de dólares.
Así que, a
falta de inversiones genuinas, vamos a fabricar
dólares.
Tenemos la receta. Es
así: se reciben dólares sin
preguntar el origen,
Se los lava y con
ellos se fabrican Cedines.
Y si así
no aumentan las reservas, no importa,
cerramos las
importaciones y nos arreglamos como
fuere.
No olvidemos que, en el
comercio internacional,
en la
década -entre comillas- ganada,
el escenario no
podía ser mejor: Bajísimas tasas de
interés y altos precios de los productos
originados en el campo.
Pero los enormes
errores cometidos por una política
agropecuaria inexplicable, provocaron que nos
quedáramos sin vacas
y sin mercados
externos.
En 10 años se
perdieron 10 millones de cabezas.
Estábamos
entre los principales exportadores de carne,
y hoy hemos
caído del lugar numero 3 al lugar numero
11.
Con el trigo no nos fue
mejor.
Nos quedamos sin la harina,
sin el pan y sin la torta...
Es
responsabilidad de este gobierno que hoy estemos
pensando en importar trigo
El área
sembrada retrocedió 110 años.
Y llego a ser la
misma que en el año 1902.
Y en estos diez
años también nos fue mal con la
leche
y hoy tenemos 6.000
tamberos menos.
Sólo hay
que eliminar las trabas y dejar que los mercados
funcionen normalmente y volveremos a sembrar
trigo, volveremos a sembrar
maíz.
No podemos
trabajar con semejante presión fiscal, con
un impuesto tan distorsivo como las retenciones,
que ningún otro país del mundo
tiene.
Las
economías regionales están siendo
asfixiadas por el aumento de costos, y con ellas
languidece el interior de la
Argentina.
La década, entre
comillas, ganada es otra de las colosales mentiras
del relato oficial.
Fue una
década donde el mundo, y sus
circunstancias, nos ofrecieron oportunidades
extraordinarias, condiciones inmejorables,
Circunstancias
que desaprovechamos por completo.
El mundo no se
nos cayó encima, Señora
Presidenta.
Su gobierno dilapidó
esas oportunidades, y malgasto en
subsidios,
politiquería barata, prácticas
populistas,
corrupción y
propaganda, la enorme cantidad de divisas
que el campo
produjo en estos años.
La década
ganada es la década donde nos quedamos
sin
infraestructura, sin rutas, sin comunicaciones,
sin trenes,
sin energía, sin
reservas de Gas y Petróleo, y por poco nos
quedamos
sin la Fragata
Libertad….
La década
ganada es la década donde se
destruyó el INDEC,
para así,
sin datos ni estadísticas reales, ocultar
la verdadera pobreza y la verdadera
inflación.
Pero la realidad
es un escollo del relato.
El changuito del
supermercado es otro escollo del relato.
Porque ni los
aprietes de la Secretaria de Comercio, ni los
controles militantes, ni las prohibiciones, pueden
frenar los precios.
Para muchos la
década ganada es… la década
perdida
Porque perdieron hasta la
vida, cuando no frenó el tren en
Once,
o cuando el agua se
llevó todo en La Plata, porque nadie hizo
nada para evitarlo, durante tantos
años.
Sin embargo, para
otros la década ganada es la década
ganada.
Pienso en las
bóvedas, pienso en Ciccone, en Skanska,
en las valijas de
Venezuela…
La década
de Aerolíneas perdiendo millones todas las
semanas, y la de los “Sueños
Compartidos” y las casas sin
construir.
La lista es tan grande como
las ganancias de los ganadores
de la
década ganada.
Y esta
década, es también, donde decidieron
ir por todo.
“Vamos por
todo!!!” gritaba la Sra. Presidenta hace
poco más de un año, ante el
monumento a la Bandera allá en
Rosario.
Y fueron por todo, fueron
por la prensa libre, por la Justicia
independiente, por las Instituciones, por los
mecanismos de control, por los Sindicatos, por el
Renatre, por las reservas, por los fondos de los
jubilados, por la estatua de
Colón…..
También
vinieron por este predio, donde, desde 1878,
el Campo le
muestra a la Argentina y al mundo su trabajo, sus
herramientas, su producción.
Quisieron
usurparlo por decreto. Pero no nos dejamos
atropellar. La voz del Campo se hizo escuchar, una
vez más.
Rechazamos el
autoritarismo y seguimos adelante.
Seguimos adelante
como siempre: trabajando, produciendo,
investigando, incorporando nuevas
tecnologías para hacer más eficiente
la tarea, desarrollando métodos y
herramientas que preserven el medio ambiente,
invirtiendo, arriesgando, agregando valor a otros
sectores productivos, aportando millones de
divisas a la economía argentina.
Porque el Campo, y esta
nueva generación de dirigentes,
ha sellado un
irrevocable compromiso con el futuro al asumir su
presente.
Es que el Campo se siente
protagonista de un verdadero desafío, ya
que el Mundo, nos renueva la oportunidad.
Sigue necesitando
alimentos. Requiere proteínas, fibras y
energías renovables.
El Campo y sus
productores están preparados para abastecer
esa demanda.
Estamos
capacitados para producir 150 millones de
toneladas de granos.
No se contenten
con los 100 millones que hoy
festejan…
Para ello solo
hace falta lo que usted más teme, Sra.
Presidenta…. que nos dejen
trabajar en libertad….
Trabajar….
Sin la nefasta intervención a los
mercados, sin anacrónicos controles de
precios, sin ridículas trabas y
prohibiciones para exportar, sin los eternos
subsidios a sectores ineficientes y a los que mas
tienen, sin incongruentes atrasos cambiarios, sin
apropiarse de la renta de los productores
agropecuarios.
Su gobierno tiene
que entender, de una buena vez, que la
política de apropiarse de la renta agraria
ya fracasó en todo el mundo. Quedarse con
las utilidades del productor, apoderarse de lo que
ganó con su riesgo, su capital y su
trabajo, pone en peligro la producción y la
mesa de los argentinos.
El Campo no
necesita subsidios, prebendas ni
privilegios.
Con transparencia,
previsibilidad, reglas claras y respeto a la
propiedad privada, nos arreglamos.
Me estoy
imaginando una Republica democráticamente
consolidada, con una producción
agropecuaria sustentable y diversificada.
Con hombres y mujeres
arraigados a sus terruños,
sin tener que
abandonar el pago y a sus seres queridos
para poder
subsistir y desarrollarse.
Me estoy
imaginado una industria agropecuaria, que impulse
el desarrollo de las economías regionales,
y de las
pequeñas y medianas industrias locales.
Imagino al Campo argentino,
como una expresión de esa Republica
democráticamente consolidada, como una
enorme fábrica bajo el cielo, donde se
respete el Federalismo y las libertades
individuales.
Lo vislumbro como
un dinámico y pujante conglomerado
económico, integrado por productores
rurales, por fabricantes de alimentos y de
maquinaria agrícola; que, desde los cuatro
puntos cardinales de nuestra patria, multiplican
los bienes producidos.
Así se
pondrá -de verdad- punto final a tantos
años
de decadencia, pobreza y
exclusión.
No tenemos dudas
de que el futuro se abrirá paso en esta
tierra.
Lo deseamos, lo imaginamos,
lo creemos…
Nos comprometemos
a continuar trabajando para
ello…..
Debemos trabajar
unidos…
Unidos, como lo esta el
campo.
Como quienes integramos la
Mesa de Enlace aquí
presente….
¡Estoy
convencido !…. el campo siempre nos ha
conducido al progreso.
Estoy seguro de
que más allá de las coyunturas
políticas,
allí donde
el relato oficial se queda sin palabras,
la
convicción da sustento a nuestra esperanza,
e ilumina la huella que nos lleva al
porvenir.
El campo hará que se
cumplan los sueños, las promesas
y las ilusiones
de esta gran Nación, que son las de todos
sus habitantes.
De todos. Sin
privilegios y sin exclusiones.
Porque
……Señoras….
Señores….. ¡Nadie es
más que nadie, frente a la
Constitución
Argentina!