Baja 23% la superficie cubierta con maíz
Es la estimación de la Bolsa de Rosario, que dejó a abierta la posibilidad de una recuperación dado la amplia ventana de siembra que tiene el cereal.
La superficie cubierta con maíz en la campaña 2015/2016 alcanzará a los 3,3 millones de hectárea, una superficie que representa una caída del 23% respecto de la campaña anterior, de acuerdo a los datos relevados por la Guía Estratégica del Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Aunque las proyecciones son provisorias, esa superficie se podría modificar si se tiene en cuenta la amplia ventana de siembra que tiene el cultivo, que llega hasta fin de año.
Las condiciones climáticas que regirán en el próximo semestre semestre se verían marcadas por un exceso de precipitaciones propio de un intenso fenómeno de El Niño, que podría dificultar no sólo la siembra sino el secado de los planteos tardíos de maíz.
Muchos esperan a la definición del proceso eleccionario presidencial, que podría traer algún guiño de un cambio en lo que respecta a políticas comerciales y cambiarias. En las últimas semanas el mercado de futuros doméstico parece empezar a descontar al menos la segunda variable ante la presión ejercida por un real en sus mínimos históricos y el desasosiego generado por las nuevas medidas que rigen sobre la valuación de tenencias de fondos comunes de inversión.
A pesar del desánimo, tanto el mercado local como el externo mostraron cierta firmeza, que parece tarde para recuperar el nivel de producción hacia la próxima campaña, los mismos podrían premiar a quienes se hayan aventurado a las tareas de sembrar maíz.
Ya no existe tanta inquietud en lo que hace al tamaño de la cosecha estadounidense. Si bien los reportes de la recolección temprana estarían mostrando resultados dispares, apuntarían en general a rindes por debajo de los proyectados por el Departamento de Agricultura norteamericano (USDA).
El avance de la trilla relevado por este mismo organismo (de un 10%) se mostró levemente atrasado en relación a lo esperado por analistas (un 13%), dadas las precipitaciones que alcanzaron al grueso del Medio Oeste durante la semana pasada.
Si bien la depreciación del real frente al dólar (de casi un 50% en lo que va del año) continúa generando escepticismo respecto al potencial exportador de las principales commodities agrícolas norteamericanas (el maíz y la soja), la aceleración de los compromisos para la nueva cosecha en las últimas semanas, en especial para la soja, otorgaron soporte desde la demanda. No obstante, el alza del tipo cambiario brasilero podría desincentivar las exportaciones de etanol hacia aquel país en un momento en el que el biocombustible parecía fortalecerse a espaldas de una recuperación en el crudo.
Por un lado, ello se evidencia en el lento ritmo de comercialización hacia la nueva campaña. Las compras por parte de la exportación al miércoles pasado ni siquiera alcanzaron las 215 mil toneladas. A esta misma altura del año pasado eran casi el doble, y de cara al ciclo 13/14 cuatro veces mayores; lo cual resulta llamativo considerando una caída del área cercana al 23%.
Estos factores además llevaron a un repunte de las posibilidades de cobertura tanto en el término como en el recinto físico de la BCR. En este último, la exportación mejoró sustancialmente las ofertas de compra tanto con entrega cercana como diferida.
Las posiciones contractuales para el mes de octubre por la mercadería entregada en las terminales de San Martín se elevaron hacia los u$s 105 por tonelada, que podrían ampliarse en hasta tres dólares de retrasar la entrega hacia fines de año. Por el grano de nueva cosecha, las ofertas para entrega a partir de abril rondaban los u$s 120 la tonelada.
Cómo alternativa, operar con futuros de maíz y dólar en MATBA y Rofex respectivamente nos permitiría asegurar unos $1424 la tonelada por la mercadería entregada en Rosario durante el mes de abril (ver gráfico). Si bien aún es muy temprano para afirmarlo, tal vez exista alguna esperanza para quién haya apostado al maíz. (NAP)