lunes, 18 de agosto de 2014

El karma del Trigo, versión 2014 
Se estima que hay más de un millón de toneladas sin vender en el sur bonaerense. Con las exportaciones cerradas y la molinería local sobreabastecida el precio a esta altura del año está por debajo del que se pagaba en cosecha. Apenas se realizan operaciones a cuentagotas, con exigencia de alta calidad y pago a 30 días. Otro capítulo de la intervención oficial del mercado iniciada en 2006
"¿Cómo va la comercialización del trigo? ¿La qué del trigo...? ¿Qué es eso?" La ocurrencia de José Bracco es una completa definición de la actualidad del cereal. "Lo de siempre", dice con resignación el presidente de la filial local de la Federación Agraria Argentina. El mismo que en la campaña 2012/13 le colgó una bandera argentina a su sembradora porque aseguraba en aquel momento que "sembrar trigo es hacer patria". 
De cultivo estrella a estrellado, sin escalas. En apenas 12 meses el trigo pasó de ser la figurita más difícil del álbum y tocar los 4000 pesos, a encabezar hoy la lista de granos invendibles o, en caso de máxima asfixia económica, tener que ser vendido a 1300 / 1500 pesos con un gasto de comercialización que supera el 20% y el cobro a 30 días. "Vender trigo en esas condiciones en este contexto es una locura", sintetiza Matías de Velazco, productor de Adolfo Gonzales Chaves y recientemente elegido como Secretario de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). 
Distintas estimaciones indican que en el sur bonaerense, la región máxima productora del cereal, hoy quedan entre un 1.000.000 y 1.500.000 de toneladas sin venderse. Es decir, hoy lo que sobra es trigo. "En realidad es muy difícil calcular cuánto trigo hay sin vender porque desde hace muchos años no tenemos estadísticas serias", indica Carlos Aristegui, presidente del Centro de Acopiadores de Cereales de Tres Arroyos. Aunque aclara: "No sé cuánto, pero que hay mucho trigo sin vender, hay mucho", asegura. 
El tema es cortito: con las exportaciones cerradas y los molinos locales sobreabastecidos no hay a quién venderle el cereal. "Para el mercado interno hoy el trigo sobra. Y Tres Arroyos tiene un problema adicional porque tenés sólo tres molinos -dos molinos grandes y uno muy chico-. Entonces si querés vender tenés irte hasta la zona cercana a Buenos Aires -Chacabuco, Mercedes, Pilar, Navarro, Zárate-, donde están los grandes molinos y el impacto del flete en ese caso es enorme", explica Aristegui. "Con un trigo de 1500 pesos, para irte hasta allá tenés entre 300 y 350 pesos de flete; más del 20%", agrega. 
"Normalmente los gastos de comercialización eran de un 13% de lo que vendías, ahora al estar el precio pisado, el flete cada vez tiene mayor impacto porque es un valor fijo", dice De Velazco. A eso hay que sumarle que los molinos de aquella zona están muy exigentes con la calidad, "entonces qué pasa si llega el camión y te lo rechazan... ¿Qué hacés?", se pregunta Carlos. 
Efecto 2013 
"Lo que está pasando hoy es consecuencia de lo ocurrido el año pasado, que faltó trigo. Y el Gobierno tiene pánico que le vuelva a ocurrir, entonces prefiere que sobre y que el productor no sepa qué hacer con el cereal", asegura De Velazco. 
"Toda la molinería sabe que no le va a faltar trigo, entonces compra a medida que va necesitando y te lo paga como quiere. Usa a los productores como silos, porque el que tiene trigo lo guarda bien acondicionado. Y cuando te lo compran te lo pagan a 30 días porque tienen mucha oferta para elegir", advierte el productor chavense. "En Tres Arroyos se está pagando 1300 pesos la tonelada. El escenario es pésimo", insiste. 
El precio actual del trigo es un claro síntoma de que el mercado triguero no goza de buena salud. En enero, finalizando la cosecha, el cereal estándar en Tres Arroyos cotizaba 1550 pesos, más caro que hoy. "Históricamente en los más de 100 años que se siembra trigo en el país, en cosecha, en el momento de mayor oferta, es cuando menos vale. Este año no ocurre eso. Hoy, vale menos", dice De Velazco. 
Una película de terror 
Lo que ocurre hoy es otro capítulo de la misma película que empezó a filmarse en 2006 cuando el gobierno de Néstor Kirchner decidió la intervención del mercado triguero. De modo que la problemática actual no se puede considerar aisladamente, sino en un contexto más amplio, que comenzó hace ocho años, a partir de la implementación de precios máximos, ROE y cupos para la exportación que provocaron distorsiones de precios e imposibilidad de venta de la producción en distintos momentos del año en varias campañas. 
Parte de la misma película son las escenas de un año atrás, cuando con el trigo rozando los 4000 pesos, los que pataleaban eran los molinos. La industria se quejaba que los productores se estaban aprovechando de la falta de mercadería y pedían "una locura" por el trigo. En realidad, hoy los molinos no están haciendo algo fuera de la ley -como tampoco en 2013 los productores-, sino que se adaptan a las reglas de juego que impone la intervención oficial. 
Ahora, lo que no cierra por ningún lado es "el cuidado de la mesa de los argentinos", el motivo que emana el Gobierno para intervenir el mercado. Por estos días, con la tonelada en 1400 pesos, el kilo de pan está más caro que en agosto de 2013 con el cereal a 4000...
Fte.: La Voz del Pueblo