"Se necesitará más carne" para exportar
El mercado nacional de carne vacuna en los últimos años representó entre el 80 al 95% de la producción. Aseguran que “se necesitará más carne cuando el mercado internacional comience a traccionar”.
En el panel de carne vacuna del reciente Segundo Simposio Valor Ganadero, se analizaron los cambios del mercado doméstico y la perspectiva que se abre en el de exportación.
Mercado nacional de carne vacuna
A su turno, Jorge Torelli, Gerente General de Industrias Frigoríficas Mattievich y Vicepresidente del IPCVA, abordó el mercado nacional de carne vacuna que, en los últimos años representó entre el 80 al 95% de la producción. En este sentido, sostuvo que “habría que llegar a un 80% de la producción para el consumo interno y un 20% para exportar” y que “se necesitará más carne cuando el mercado internacional comience a traccionar”.
Y admitió que cuando eso suceda, “habrá tensiones en el mercado interno”. Al respecto, señaló que sólo con el crecimiento vegetativo de la población (1% anual sobre la base de los 44 millones de habitantes de la Argentina) con un consumo como el actual de 54 kg/hab/año, al incorporarse 400.000 consumidores anuales, deberán sumarse unas 20.000 toneladas de carne vacuna por año, con lo cual habrá que aumentar la producción, de manera de superar las actuales 2,7 M de toneladas, para cubrir el consumo interno.
Para lograrlo, Torelli opinó que hay que aumentar el peso de faena, dándole a los productores incentivos, para que puedan cargarle más kilos a la res, de manera de dejar atrás 12 años que obligaron al sector cárnico vacuno a transformarse en un negocio financiero de corto plazo. Señaló que el consumidor argentino está acostumbrado a hacienda muy liviana y que hay que convencerlo que con un animal más pesado, de 450 kg, no notará diferencias respecto de la carne de novillos de 350 kg, al tiempo que sumando 40 kilos de carne por animal se abastece mejor el mercado interno y habrá saldos exportables.
Al respecto, advirtió que Argentina no podrá llegar a los mercados internacionales de volumen en los próximos 4 años, pero sí a los de calidad que requieren carne argentina. Para llegar a los de volumen, hay que manejar mejor los recursos forrajeros y reproductivos, además de los sanitarios, aplicando tecnologías de manejo de bajo costo. Recordó que la productividad neta por cabeza no cambió en casi 70 años, pese al avance que hubo en alimentación, prevención sanitaria y reproducción.
En cuanto a la situación de la industria frigorífica, señaló que “está complicada pagando el novillo más caro en dólares en toda Sudamérica que “nos deja fuera de competencia en el mercado externo por cierto atraso cambiario”.
Sobre la coyuntura del consumo interno, Torelli dedicó un párrafo al valor de las hamburguesas. Precisó que hay muchas marcas en el mercado y también nuevas cadenas de comidas rápidas por lo cual la venta de este producto, en las poblaciones urbanas, ha crecido mucho a partir de una importante penetración cultural.
También citó el hecho de que ante la caída del poder adquisitivo en el país, una hamburguesa de 56 gramos finita es una ración a mediodía y una mediana de 59 gramos es otra ración para la noche, ambas con proteína animal de calidad.
Señaló que “el consumidor piensa que la carne que exporta argentina es superior a la del mercado interno y que valora más la carne de vaca que de vaquillona, sólo porque le suena a baja calidad, pese a que la carne de exportación de animales pesados tiene igual calidad de procesos que la de novillo”.
Al mismo tiempo dijo que “la carne, como la de ternera, en el mercado interno, tiene una gran informalidad en el proceso, sin maduración, ni cadena de frío. Esto hace que el novillo sin la maduración conveniente sea duro, por lo que habría que exigir cadena de frío y maduración a toda la carne destinada al mercado interno”.
Para Torelli hay mucho para trabajar en el mercado interno haciendo cumplir protocolos de calidad con trazabilidad para que la demanda valore la calidad y mejore su percepción de precios. Al respecto, agregó que “la mayoría de los consumidores no distinguen si la carne que consume es de feedlot o engordada a pasto” y que hay que “sacarle a la gente el chip de la ternera”, ya que la cultura culinaria del consumo de carne vacuna está cambiando con las nuevas generaciones.
Agrofy