La Argentina que se vuela
En el marco de una gira realizada por Pedro Apaolaza (foto), titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa, por el sudoeste bonaerense se observó la preocupante voladura de campos del partido de Púan y Patagones.
Según manifiesta el comunicado, el proceso de desertificación que se vislumbra en la zona motivada por la extrema sequía hace que los rodeos de hacienda de la zona hayan decrecido a un tercio en comparación al de hace dos años y el área sembrada de trigo se haya visto brutalmente reducida. Hoy, el productor se encuentra solo y resistiendo tanto los embates de la sequía, de la cual esta acostumbrado, sino también de la erróneas políticas del gobierno nacional para con el sector y la zona en particular,
En su recorrida Apaolaza recogió testimonios de productores como el de Luis Geuna, de Stroeder , quien expresó “hace dos campañas que no siembro trigo, por falta de agua, y las maquinas que tengo para hacer trabajos en campos de terceros las tengo paradas porque nadie mueve nada. Las pocas vacas que tengo, unas 100, las estoy aguantando como puedo. Ya se me murieron 25, y al resto que me queda le estoy poniendo la plata que no tengo para aguantarlas y que no se me mueran”
Los campos de Púan, Villarino, Villalonga, Stroeder y Carmen de Patagones se vuelan por la extrema sequía que castiga a la zona desde hace mas de cuatro años y que se ha agravado en los últimos dos años, El año 2008 cayeron 200 mm en la zona, la mitad del promedio anual y en lo que va del 2009 tan sólo han caído 74 mm, habiendo caído 68 de ellos en enero y febrero.
La impotencia que embarga al productor al ver la destrucción de los esfuerzos de varias generaciones crece con los días, por cuanto la hacienda que logra sobrevivir se vende a valores irrisorios, la lluvia no llega y -según admite CARBAP- el gobierno luego de haber recaudado en la región vía retenciones y distorsiones a los mercados, tan solo en las ultimas tres campañas con datos estadísticos, una cifra que ronda los 475 millones de dólares, ahora ignora el problema y pretende desentenderse del mismo.
El fantasma de la desocupación ronda sobre el trabajador rural como así también se esfuma el trabajo colonizador de miles de familias que apostaron por tan importante región del sudoeste bonaerense, y el futuro de las mismas esta en riesgo al tener que emigrar los hijos de los productores por falta de trabajo y rentabilidad.
Según manifiesta el comunicado, el proceso de desertificación que se vislumbra en la zona motivada por la extrema sequía hace que los rodeos de hacienda de la zona hayan decrecido a un tercio en comparación al de hace dos años y el área sembrada de trigo se haya visto brutalmente reducida. Hoy, el productor se encuentra solo y resistiendo tanto los embates de la sequía, de la cual esta acostumbrado, sino también de la erróneas políticas del gobierno nacional para con el sector y la zona en particular,
En su recorrida Apaolaza recogió testimonios de productores como el de Luis Geuna, de Stroeder , quien expresó “hace dos campañas que no siembro trigo, por falta de agua, y las maquinas que tengo para hacer trabajos en campos de terceros las tengo paradas porque nadie mueve nada. Las pocas vacas que tengo, unas 100, las estoy aguantando como puedo. Ya se me murieron 25, y al resto que me queda le estoy poniendo la plata que no tengo para aguantarlas y que no se me mueran”
Los campos de Púan, Villarino, Villalonga, Stroeder y Carmen de Patagones se vuelan por la extrema sequía que castiga a la zona desde hace mas de cuatro años y que se ha agravado en los últimos dos años, El año 2008 cayeron 200 mm en la zona, la mitad del promedio anual y en lo que va del 2009 tan sólo han caído 74 mm, habiendo caído 68 de ellos en enero y febrero.
La impotencia que embarga al productor al ver la destrucción de los esfuerzos de varias generaciones crece con los días, por cuanto la hacienda que logra sobrevivir se vende a valores irrisorios, la lluvia no llega y -según admite CARBAP- el gobierno luego de haber recaudado en la región vía retenciones y distorsiones a los mercados, tan solo en las ultimas tres campañas con datos estadísticos, una cifra que ronda los 475 millones de dólares, ahora ignora el problema y pretende desentenderse del mismo.
El fantasma de la desocupación ronda sobre el trabajador rural como así también se esfuma el trabajo colonizador de miles de familias que apostaron por tan importante región del sudoeste bonaerense, y el futuro de las mismas esta en riesgo al tener que emigrar los hijos de los productores por falta de trabajo y rentabilidad.