A 93 años del Grito de Alcorta
Hacia 1912, pulperías, boliches, parroquias y precarias viviendas fueron los clandestinos lugares de encuentros primeros de los colonos en las semanas días y previos al Grito de Alcorta.
Estos pasos iniciales desembocarían en el acontecimiento más trascendente y memorable gestado por los sectores populares del campo: la primera huelga agraria argentina. Fue hace 94 años, en aquella helada mañana del 25 de junio de 1912. El escenario, la localidad de Alcorta, en el sur santafesino. Los protagonistas, aquellos sufridos colonos que desde distintos pueblos circundantes se movían en las sombras para evitar las represalias de los terratenientes.
Allí y entonces comenzó a amanecer para los sometidos agricultores esa posibilidad de un destino mejor. A pocas semanas de iniciado, el movimiento tomaba forma institucional. Por determinación de sus protagonistas, se constituía la Federación Agraria Argentina. Con esta herramienta fundamental, las mismas luchas se proyectaron positivamente durante muchos años, transformando el paisaje del interior del país a través de una nueva y progresista estructura socio económica y productiva que fue ganando espacio en el campo. No solamente se había logrado torcer el brazo a los poderosos dueños de la tierra, sino que el empuje militante de los agricultores, en el marco aglutinante y organizativo de la entidad que los representa desde entonces, fue logrando leyes que amparaban los derechos e intereses de esta nueva franja social del campo.
Desde el momento mismo de su creación, y paralelamente a la actividad gremial, se desarrolló toda una red de servicios, preferentemente cooperativos, para aprovisionarse de insumos, comercializar interna y externamente la producción, colonizar, atender la problemática de la salud, en materia de seguros y capacitación, por citar los más importantes que forman parte de la red de ofertas de la Federacion Agraria.
Estos pasos iniciales desembocarían en el acontecimiento más trascendente y memorable gestado por los sectores populares del campo: la primera huelga agraria argentina. Fue hace 94 años, en aquella helada mañana del 25 de junio de 1912. El escenario, la localidad de Alcorta, en el sur santafesino. Los protagonistas, aquellos sufridos colonos que desde distintos pueblos circundantes se movían en las sombras para evitar las represalias de los terratenientes.
Allí y entonces comenzó a amanecer para los sometidos agricultores esa posibilidad de un destino mejor. A pocas semanas de iniciado, el movimiento tomaba forma institucional. Por determinación de sus protagonistas, se constituía la Federación Agraria Argentina. Con esta herramienta fundamental, las mismas luchas se proyectaron positivamente durante muchos años, transformando el paisaje del interior del país a través de una nueva y progresista estructura socio económica y productiva que fue ganando espacio en el campo. No solamente se había logrado torcer el brazo a los poderosos dueños de la tierra, sino que el empuje militante de los agricultores, en el marco aglutinante y organizativo de la entidad que los representa desde entonces, fue logrando leyes que amparaban los derechos e intereses de esta nueva franja social del campo.
Desde el momento mismo de su creación, y paralelamente a la actividad gremial, se desarrolló toda una red de servicios, preferentemente cooperativos, para aprovisionarse de insumos, comercializar interna y externamente la producción, colonizar, atender la problemática de la salud, en materia de seguros y capacitación, por citar los más importantes que forman parte de la red de ofertas de la Federacion Agraria.